Gx3 y Futuro Incierto: la nostalgia del punk

Gx3 y Futuro Incierto: la nostalgia del punk

-Puro jubilado ‘tamare

Fue una de las primeras frases que escuché cuando llegué al Ovalo Balta. Junto al Metro ya se notaban varios círculos de gente que hacían previos al concierto de G-3 y Futuro Incierto: se reunían en las veredas alrededor de algún trago. La gran mayoría de los presentes en esta zona de Barranco bordeaba los 30 años, es una cosa visible esta de la edad, muy notoria hasta por razones estéticas, muchos nos reconocimos como los viejos chikipunks que no habíamos visto a ambas bandas compartir escenario.

G-3 se despidió de los escenarios el 2000 en un épico concierto en el recordado Teatro Ambassador de Lince. Aquella vez fue también la última vez que compartió escenario con Futuro, luego de eso se organizaron algunos conciertos pero nunca un regreso “oficial”. Por otro lado, Futuro Incierto nunca anunció una despedida pero desde inicios de siglo su actividad fue siendo cada vez menor, y con integrantes viviendo en distintos lugares del mundo resultaba difícil poder verlos de forma continua.

Eran más de 9:30, la gente apuraba los tragos mientras rememoraba los festivales de la década pasada, los MSN Groups y otras experiencias y códigos generacionales y de identidad que usaba la juventud chikipunk limeña.

Boom Boom Kid. Foto: Carlos Vizconde

¿Somos los chikipunks que crecimos en la década pasada víctimas de la nostalgia? Todos extrañamos algo de esa época.

Recuerdo que cuando empezó el “boom” de conciertos internacionales en nuestra ciudad las primeras bandas en llegar apelaban a la nostalgia de los jóvenes que crecieron entre los ochenta y noventa. Desde nuestra “joven” perspectiva era difícil entender que mientras la música de este siglo giraba alrededor de otros sonidos, las grandes productoras insistían tenazmente en traer “dinosaurios”.

Ahora ya en base tres, y sin la visión idealista que tenía sobre la escena y la música en general, es fácil entender cómo funciona en realidad el negocio. Pues, lamentablemente, crecer implicar darse cuenta de que la música además de arte y forma de expresión es también una máquina de billetes. Con esto no quiero decir que reunir a ambas bandas locales haya sido una movida motivada únicamente por una visión de negocio, aunque es obvio que hace quince años muchos de los que estábamos ahí no habríamos pagado hasta 80 soles para verlos en vivo y no por menospreciar su trabajo e influencia en la escena local, sino por falta de recursos.

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Ya eran casi la 10 de la noche y ya era hora de entrar al Centro de Convenciones de Barranco pues la fiesta arrancaba con un breve show de Boom Boom Kid. Acompañaron a Nekro: Gonzalo Farfán de Inyectores en la guitarra, Paul Celi de Metamorphosis en el bajo y Rubén Patiño de Futuro en la batería. Afuera la cola era ligeramente larga por lo que no pude ver el show completo, escuché algunos temas, me metí al pogo brevemente y entre la gente empecé a notar, otra vez, que esta fecha era un especial reencuentro.

Terminado el show de Boom Boom Kid, mucha gente se acercó a comprar cerveza para refrescarse y se topó con largas colas y solo dos puntos de venta de cerveza, esto solo lograba impacientar más a los que aguardaban el inicio del show.

Hasta que Futuro Incierto apareció en el escenario.

Futuro Incierto. Foto: Carlos Vizconde

Las luces se apagaron y la banda arrancó con “Fue ayer” tema de su último disco EGO. Siempre el sonido melódico de Futuro destacó dentro de la escena local, ya desde sus inicios en los noventa, en el que la banda presentaba una propuesta que no terminaba de encajar en el hardcore ni en el punk rock, estilos que destacaron dentro de lo que quedó de la escena subte.

Los primeros temas iban por ese lado: “9 años” y “Acortar distancias” siguieron el set y la nostalgia de sus letras contagiaba al público que coreaba cada una de las letras, muchos nos ganamos con este inicio desde la cola para comprar cerveza. El local estaba repleto y el pogo aún era algo tímido hasta que arrancó el intro de “Perdido en el fondo”, volaron las chelas, la gente se apartó para dar paso a quienes empilados por la banda arrancaron en ir y venir de empujones y golpes. Hasta “Esa espina”, el set estuvo plagado de temas rápidos y fuertes. Muchos agradecían las gotas de cerveza que volaban por el aire y aliviaban un poco el calor.

La dinámica de estos conciertos siempre me gustó pues generaba una forma de unión distinta, podías no conocer a quien estuviese a tu lado pero si llegaba a ti ese verso o esa estrofa que te recordaba un momento en particular, encontrarías entre la masa de desconocidos alguien que entendería, sin necesidad de usar palabras, lo que pasa en tu interior.

Casi a medio show la banda hizo una pausa para agradecer al público y a Hacemosmerch, organizadores del concierto, por dar la oportunidad de ver a ambas bandas juntas otra vez. Entendiendo al público ya crecido, Pedro Alemant nos recordaba que estas canciones formaban parte de nosotros pues con ellas habíamos crecido.

El siguiente bloque estuvo conformado por temas de diversas producciones, un set variado, tal como lo esperábamos. El punto más alto fue cuando tocaron su clásico “Si tu no estás” y en el medio de la gente una cabeza de robot pogueaba junto a nosotros y muchos suponíamos que el final estaba cerca. Luego de un par de temas más Futuro Incierto cerraría tocando tres canciones que marcaron a toda una generación: “Entre las piedras”, “Sabor amargo” y “Futuro incierto”.

Al terminar el show de Futuro, muchos aprovechamos para salir a tomar aire y en algunos casos para comprar merch de las bandas en el stand de Hacemosmerch. Muchos conversaban sobre el reciente show de Futuro y recordaban o comparaban con los recuerdos de conciertos pasados. Quienes buscaban una cerveza tenían que soportar nuevamente largas colas y el calor dentro del local.

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Después de unos 15 minutos, ya estaban sobre el escenario Gonzalo, Gabriel, Guillermo y Pipe: G-3, una banda que se ha mantenido por casi tres generaciones de punks locales, desde quienes los escucharon luego de ser Autopsia durante su época subte, la época noventera post Psicotropía y quienes los escuchamos luego de su separación tras la salida del album “En Casa”. El show arrancó con el tema “Pasan los días”, dejando en claro que iba a ser un repaso por toda su discografía, desde un inicio muchos pedían clásicos pero para llegar a ellos aún faltaban bastante pues la banda nos regaló un set-list bastante largo.

Mi relación con G-3 es bastante más tardía que con Futuro Incierto, mi conexión con la banda fue más adulta por así decirlo. No quiere decir que no los haya escuchado desde mucho antes pero los descubrí de verdad ya en la universidad, en mi época de chikipunk constante tenía “En casa”, “Mayoría equivocada” y algunos temas más conmigo pero no los sentía como parte de mí, tuve que crecer para poder identificarme con su etapa más hardcore.

G3. Foto: Carlos Vizconde

En medio de esto llegó el turno de “Vuelves a aparecer” uno de mis temas favoritos de la banda y que sirve para demostrarme una vez más que Pipe Villarán es un guitarrista superlativo y no hablo solo a nivel local, lo que logra transmitir con sus arreglos y solos le da una sensación distinta a cada canción, ya sea en una canción hardcore como “Ahora o nunca” hasta en algo más lento como “En casa”.

Gonzalo y Guillermo contaron el origen de algunos temas o discos como es el caso de “Un nuevo enemigo” que se grabó en solo una hora y media. Aprovecharon además para agradecer al público y comentar algo que justamente todos notábamos: la gente que estaba ahí venía escuchando a estas bandas desde hace treinta años. Aprovecharon también para invitar a Alejandra Perez-Prieto que formó parte de la banda en la etapa del disco Psicotropía.

Con “De vuelta al rebaño” se armó uno de los pogos más grandes de la noche (y más violentos también) y en medio de los empujones perdí mis lentes y alguien (hasta ahora no sé quien) los recogió del piso y los puso en mis manos, lo que me recordó siempre la solidaridad que se suele vivir en estos conciertos, recoger al que cae, proteger al que está golpeado, la fuerza del pogo es solo una forma de expresión y no la búsqueda de la violencia por la violencia. Luego de “En casa” el final de la noche estaba cerca, muchos empezaron a corear “oooohhh oooohhh” alentando al inicio de “Antisocial”, tema con el que la banda cerró el show.

Terminado el concierto, unos más ebrios que otros salían del local. Afuera todo seguía igual, pero durante algunas horas muchos volvimos a ser esos chibolos que crecimos escuchando punk local, esos que encontramos en las letras de Futuro Incierto, G-3 y muchas bandas más un refugio, un espacio con el cual identificarnos. Luego del fin de semana tendríamos que volver a nuestras rutinas, a enfrentar ese mundo del cual renegamos en la adolescencia, pero sabríamos, en el fondo, que había algo que nos identificaba y unía, algo que trascendió la música y forma parte de quienes somos ahora más de una década después.

Trans historias: teatro para todes

¿Qué sabemos de les trans y por qué lo sabemos? Creo que esa es la primera pregunta que todas las personas cisgénero, aquellos cuya identidad de género y sexo biológico coinciden, deberíamos hacernos antes de referirnos o acercarnos a una persona trans.

Seguramente recordamos los reportajes amarillistas en la televisión que les muestran violentos o padeciendo alguna enfermedad sexual como el VIH. Los programas cómicos que los muestran como recurso humorístico del cual burlarse. Recordamos que hemos conocido algune que trabajaba de estilista y suponemos que todos quieren dedicarse a la industria de la belleza. Recordamos que nuestros padres nos recomendaban no acercarnos y que eran algo que veíamos de lejos, a veces hasta con desprecio.

Para qué voy a conocer a alguien así si “ya se cómo son”. Para qué voy a ser su amigo, contratarlo en mi empresa o sentarme a su lado en la universidad. Qué pereza averiguar si debo decirle él o ella, seguro se molesta, todavía que le trato bien…

Miramos a otro lado y dejamos que toda esa violencia y prejuicios se queden flotando en el aire. Como la basura que dejamos tirada en la calle, ese imaginario se queda tirado en la cabeza de todos para que sea otro el que se haga cargo. No detener la violencia es ser cómplice de la violencia, esa basura mata.

Debo aclararle, estimado lector y lectora, que encontrará en esta nota pronombres y sustantivos transformados para hacerlos inclusivos. Lo invito a entender por qué es importante ayudar a visibilizar a compañeres que son violentades todo el tiempo por la sociedad, por el Estado y por nuestra indiferencia. Qué más da cambiar unas palabras si eso contribuye a visibilizar un problema grave al que nunca le hemos querido prestar mucha atención salvo para la burla y el prejuicio.

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Conocí a les compañeres de Trans Historias en un concierto en el Galpón en Jesus Maria. Hoy me reencuentro con ellos para enterarme sobre la obra de teatro testimonial que presentarán el domingo 31 de Marzo y que lleva por nombre el mismo de su colectivo: Trans Historias.

Me recibe el elenco completo: Sebastián, Emi, Ale, Tomy, Fran y el director Arturo en la sala de una casa en San Miguel.

Tomy me cuenta el trabajo que les ha costado producir la obra: “Nos ha tomado más de un año armar esta puesta en escena. Es complejo, es probar, fallar, volver a armar, ensayo y error. Corregir hasta que nos guste a todes y nos sintamos comodes con el resultado”.

Arturo agrega sobre este punto: “Han habido sesiones de creación donde detonábamos sentimientos y situaciones. Con  metodología trabajamos desde lo que cada une sentía logrando un proceso de creación que trascendió la obra y terminó hermanándonos.”

Les cinco actores de la obra coinciden en que lo transversal en las historias es la violencia. Y no han elegido este tema al azar: en el Perú ser trans es vivir expuesto a la violencia, es lo cotidiano.

“Una persona trans que ha salido del closet es una persona resilente, que ha resistido toda esa violencia y no ha muerto o no se ha matado”, comenta Arturo; mientras Ale considera, no sin pesar, que “la violencia en el país es estructural, emocional, física y sexual.” Y se pregunta: “¿cómo es posible que la esperanza de vida de una mujer trans sea de 35 años y la de un chico trans 37?”.

Es decir, en el mundo trans la violencia es estructural: desde la más necesitada a la más privilegiada está luchando desde diversos fueros. “Porque te vulneran incluso en tu burbuja, porque desde el momento que se enteran que eres trans hay una diferenciación. Desde la exotización hasta la discriminación constante”, afirma Emi.

Es alto el índice de suicidios en la comunidad trans, alrededor del 70% según me cuenta la colectiva. La soledad a la que se les condena es la primera forma de violencia que sufren estas personas. Desde la pubertad cuando un niño o niña se descubre trans y se le hace complicado o insoportable esconderlo, se enfrenta a la mirada conservadora de la sociedad y la familia

“La iglesia católica te repite: ¡Ama a tu prójimo! ¿Dónde queda eso? A veces la familia son los primeros en discriminarte”, comenta Tomy

Ir al colegio es exponerse a la burla, se vuelve un problema grave en la vida, te maltratan alumnos y profesores. Ir de vacaciones y pasar por el aeropuerto con documentos de una identidad que no te identifica se hace tan insoportable como cualquier otro trámite que te exponga a un funcionario conservador, religioso o simplemente mal entrenado. Viajar en transporte público, cobrar un cheque en el banco, ir al baño en un restaurante, tu identidad en el fotocheck del trabajo, todo se vuelve una pesadilla y no hay justificación para perpetuar esa tortura.

Muchas veces, les compañeres trans son expulsados de sus casas por sus propios familiares o huyen de ellas por la violencia física y sexual a la que son sometides.

“¿Qué puede hacer una persona trans menor de edad abandonada en la calle? No puede ir al colegio porque no hay un adulto que firme, no puede trabajar porque es menor de edad. La mayoría cae en manos de gente que las prostituye, eso también es violencia. Ganan para pagar un plato de comida y un cuarto que comparten con otras siete personas. El serenazgo no vela por ellas, al contrario, las meten a la camioneta y las obligan a ofrecer favores sexuales a manera de cupo”, explica Emi.

“La violencia de las personas en la calle también es un problema grave”, interrumpe Arturo y cuenta: “si viene alguien y te lleva te puede pasar cualquier cosa, no existes, no tienes ni DNI. No me puedo hacer análisis de sangre sin identificación. No hay salida de esos círculos de violencia.”

Ahí radica la importancia de estos colectivos: en generar círculos de apoyo que informen a la comunidad trans sobre sus derechos, que velen por elles y esten ahí para salvar su vida cuándo la depresión y la ansiedad a la que les empujamos les abrume. En la necesidad de que quienes pasan por descubrirse trans no se sientan solxs o condenadxs a vivir violentadxs todo el tiempo, de que vean otros referentes que hacen cosas distintas a las que la sociedad les impone o condena. En ponernos al frente la urgencia de que nosotros, los cisgénero, podamos hacernos cargo de nuestros privilegios y la violencia que directa o indirectamente ejercemos sobre ellxs.

Pasamos unos 40 minutos conversando sobre la obra y sobre la vida de una persona trans en nuestro país. La experiencia me interpela pero también me enriquece. No soy yo quien les da la oportunidad de contarme si no ellos quienes me dan la oportunidad de conocer una realidad que la sociedad esconde. Vivímos en un mundo binario que no se permite siquiera una escala de grises, que le teme a tantos colores. Nos toca salir de esa oscuridad aprovechando grietas como esta, que terminarán por llenar de nuevas luces nuestras cabezas, reemplazando la basura que tanto tiempo teníamos acumulada.

La obra se presenta este Domingo 31 de Marzo, el 14 de Abril y el 21 de Abril en la casa Winaray Av. Tacna 685 piso 12 interior 123 Cercado de Lima. La preventa está a 15 soles. Puedes encontrar más información en el evento en este link.


Fahrenheit 451 o el infierno del conformismo

Vivimos en la sociedad del entretenimiento, donde todos pasamos gran parte de nuestras vidas frente a una pantalla. Porque esto nos hace felices, nos entretiene, nos hace olvidar que están solos, nos permite interactuar con amigos y familiares. A quienes, seguramente, podrían ir a visitar y tomarse un café juntos, y así tener una interacción más “humana”, pero no. Es mejor así. Todo por la red.

A través de una pantalla estamos más cómodos. Porque nadie quiere perder tiempo cruzando la calle en una tarde lluviosa o atravesar una avenida con cientos de ruidosos autos. No hay tiempo cuando se vive tan deprisa, cuando se necesita más tiempo para seguir recibiendo toneladas de entretenimiento, frío e insípido.

Y cuando estamos tan ocupados siendo mediocremente felices, no hay tiempo para cuestionar lo que se recibe. Otros hacen todo el trabajo por uno. Aprenden, interpretan y nos cuentan lo que entienden en un resumen de un par de líneas o en un video de no más de un minuto. ¿Por qué? Simple: tenemos prisa para seguir recibiendo más toneladas de información y entretenimiento regurgitado por una fría pantalla digital.

Si se quisiera saber el contenido de un libro, ya no es necesario leerlo completo. Podemos encontrarlo resumido en solo un par de líneas. Nadie tiene tiempo. Todos viven acelerados y una fría pantalla nos ayuda, nos hace todo más sencillo, nos entretiene, nos mantiene mediocremente felices.

Así vivimos: somos una sociedad donde el paraíso de la felicidad está en una pantalla.

Ese era (o quizás es) el futuro distópico imaginado por Ray Bradbury en su novela Fahrenheit 451. En esta sociedad distópica, ya ni siquiera es necesario enseñar filosofía, literatura o cualquier otra arte que nos haga cuestionarnos sobre la verdadera perspectiva de las cosas. En la imaginación o predicción de Bradbury, la sociedad ha llegado a un punto tal de avance tecnológico que toda la información se encuentra compilada y resumida en una gran base de datos a la que cualquier ciudadano puede consultar.

Fahrenheit 451
Fahrenheit 451

Pero, y a pesar de estas aparentes facilidades, en la novela hay personajes que lucha contra el Estado que les ha impuesto una prohibición expresa de leer o poseer libros en casa. Porque no es necesario leer y reflexionar cuando toda la información resumida de lo que contenían los libros puede encontrarse rápidamente en un par de líneas en las pantallas que todos los ciudadanos poseen en sus casas.

Para hacer cumplir esta prohibición,  los bomberos, que antes apagaban incendios, ahora se dedican a quemar todos los libros que son encontrados en posesión ilegal de los ciudadanos. Y es que en un futuro en donde todos los edificios poseen sus propios sistemas inteligentes contra incendios, los bomberos tienen una nueva misión: evitar la supervivencia de los libros.

El mensaje es claro: el conocimiento es poderoso, las ideas propias son peligrosas. Y el Estado quiere unos ciudadanos dóciles, entretenidos en esas vidas insípidas en las que los han enfrascado.

Sin embargo, a pesar de lo claro del mensaje, nadie cuestiona la prohibición. Todos son mediocremente felices con los ojos pegados en las pantallas. Tal y como lo era el bombero Montag, personaje principal de la novela de Bradbury, hasta que le muestran que ha vivido equivocado desde siempre, y que su falsa felicidad no es más de lo que podría sentir un animal amaestrado que recibe su premio por obedecer las órdenes del amo. Porque solo el conocimiento nos hace libres, y ser libres es un acto de rebeldía contra el status quo.

Así empieza la aventura de Montag, quien tendrá que decidir entre seguir viviendo del mismo modo de siempre o iniciar la rebelión contra el sistema. Decisión complicada, porque una vez que se ha despertado es difícil volver al mismo sueño.

Podrías leer el libro para conocer como continua la historia. Aunque también puedes encontrar el resumen en Wikipedia o la adaptación de Netflix… Si es que tienes prisa.

Oficialmente adulto

Dale play

Es como una especie de peso. Una almohada alargada, como una serpiente, sobre los hombros. Con los años es más difícil de llevar, cada cierto tiempo se transforma, es una cosa muy antropomórfica, muy incómoda cuando siente que se hace vieja. Cuando llegan los treinta años, dice Samuel, es como si todo se volviera más aburrido, todo va cuesta abajo, dejas de ser joven.
(Suena un silbato en una cancha de fútbol)
¡Despierta! ¡Ya tienes 30 años!
Hubiera querido despertarse en otra ciudad. Tal vez vivir otra vida.

***

Yo tenía un amigo en la primaria. Se llamaba Samuel. Samuel soñaba mucho y a mí me gustaba estar con él porque era como distinto, y sus viejos tenían una onda más moderna que los míos, que eran más bien conservadores y rígidos. La pasaba bien en su casa, jugábamos play station o super nintendo y nos alegrábamos de que a veces apareciera Perú en la lista de los países para escoger. A veces nos quedábamos horas esperando las 11 de la noche cuando pasaban los programas para adultos en Uranio 15.

En todo caso, esa era la hora para mí de volver a casa. Normalmente mi mamá y mi abuela seguían viendo la novela y yo me escurría tranquilo hacía mi habitación. Tendría 11 o 12 años. Samuel soñaba mucho. Me hablaba de las grandes ciudades de Europa y Estados Unidos,  que tendríamos que irnos de este barrio algún, de este pueblo horrible, para poder hacer lo que queremos con nuestra vidas.

-¿Pero qué queremos hacer con nuestras vidas, Samuel?

-Queremos jugar fútbol, Santiago.

-¿Pero a dónde nos vamos a ir?

Samuel y Santiago jugaron fútbol de niños pero nunca más se volvieron a ver

Pero yo era un negado para el fútbol. En el colegio a veces podía ir al arco, o me tiraban a jugar al medio del campo, pero fui un negado absoluto para la pelotita. Me esforzaba, resondraba, me barria si era necesario, pero había que lidiar con ese fracaso. Con Samuel, en cambio, era diferente: era alto, corpulento y, aunque teníamos la misma edad, tenía mejor porte que yo y no paraba de hacer goles, todos los años era elegido el mejor jugador de los torneros, todas las chicas del colegio se morían por él. Por eso me gustaba siempre estar con Samuel, me parecía un amigo genial e inteligente.

Pero un día Samuel se fue a Estados Unidos. Creo que fue antes de que cumpliéramos 16 años. Su mudanza fue tan repentina que ni nos despedimos. Le dieron la visa a sus papás, que querían escapar de la crisis de los noventa, de la dictadura, su papá era empresario, era una familia de plata, nadie se explicaba por qué vivían en La Perla. Mi amigo se fue para siempre y me quedé solo en la cuadra.

***

(Suena un un silbato en una cancha de fútbol)

Pero lo que te quería contar, Samuel, pasó unos años después de que desaparecieras. A Inicios del 2007. El Perú ya había salido de la dictadura, Fujimori y Montesinos estaban en la cárcel, y a mí me chupaba un huevo todo. Había perdido a mi mejor amigo y con él se habían ido todas mis motivaciones para irme algún día del barrio, para cambiar mi futuro, nada me satisfacía, y tenía que escoger entre ser mediocre  o ser un estúpido. Creo que ser mediocre es peor porque este no quiere cambiar, aunque sabe que tiene que hacerlo, y el estúpido simplemente no se da cuenta de nada.

¿Qué es peor, Samuel, ser mediocre o ser estúpido?

Y entonces te vi, Samuel, te vi en el Metro de la avenida La Marina. Yo iba caminando a la Universidad, recién había ingresado a la Católica, y te vi rapado, flaco, solo, no llevabas la pelota en tu zurda, no usabas más el pelo largo como Kurt Cobain, más bien llevabas un uniforme de policía, comprabas leche y pañales, esperabas el vuelto de la cajera, y quise saludarte pero, ¿para qué?, ya había pasado mucho tiempo, ya nuestra amistad la habíamos enterrado, ya todos nuestros sueños los habíamos olvidado.

¡Despierta, Samuel! ¡Tienes 30 años!

Y tu hijo tiene 10.

Difundir: todo por la escena

Difundir: Todo por la escena

La música es de muy poco interés para el Estado peruano. Para que reciba apoyo de la empresa privada debe pasar por unos filtros extrañísimos, algunos de clase, otros de discurso, que muchas veces vuelven a las piezas inocuas, tontas, uniformes y aburridas. Las radios por lo general están estancadas en el tiempo y solo a veces abren espacios gruesos como un hilo a propuestas nuevas. Lo hacen por obligación. Para el músico peruano difundir su trabajo es una proeza casi imposible en su objetivo de hacerse de un público. Todo por la escena, llegó el momento de difundir.

El panorama es triste, es verdad. Sin embargo, sí existen iniciativas independientes y valientes que difunden el trabajo de músicos locales. La Central.pe conversó con tres de estas y quisimos saber más sobre sus interesantes y creativas propuestas

Pogos Peruanos
Hace unos días se viralizó un video en el que la muy reconocida banda peruana Dolores Delirio se sube a un bus, una combi, a comentar sobre los problemas mencionados y cómo el músico los afronta. “Somos la banda Dolores Delirio, tenemos 25 años haciendo música aquí en el Perú, batallando con la falta de interés de los medios y, sin embargo, sosteniendo por medio siglo un proyecto musical”, dice el cantante Ricardo Brenneisen sosteniendo su guitarra en medio de pasajeros que suben y bajan en la alocada Lima.

Previamente, Fabriccio Saravia, creador de Pogos peruanos, había “calentado al público”. Así, comentó su iniciativa y explicó todo el universo musical que nos estamos perdiendo por el poco aprecio que el Estado y la empresa privada le tienen a nuestros músicos.

Empezó aproximadamente en Diciembre del 2018 sin saber muy bien qué contenido hacer en sus cuentas de Instagram y Facebook. Hacerse de un público se le hizo difícil, probó con memes de música, luego con memes de cualquier cosa a ver si alguien enganchaba… pero nada… o muy poco. Las cosas cambiaron cuando un día se sube a la línea de buses 10E y empezó a hablar de por qué cree que no se escucha música local en su país, de porque nuestras radios están repletas de músicos extranjeros habiendo tanto talento local, talento que él se había dado el trabajo de ir conociendo y ordenando en una hoja de Excel.

Volantes repartidos en los buses por Pogos Peruanos

600 músicos de distintos géneros había logrado organizar en su hoja de cálculo, con una app para elegir aleatoriamente dividió los nombres en 4 listas e imprimió volantes para repartir a la gente que lo escuchaba en las combis en su nueva rutina diaria

Fabriccio reparte los volantes en el bus todas las mañanas rumbo a su trabajo, el restaurant de su padre. Mientras lo hace comenta a los pasajeros de su indignación por el espaldarazo que reciben los músicos peruanos que él tanto aprecia.

“Viva el Perú” gritó un señor mayor cuando terminó uno de sus discursos. Otros jóvenes se ponían el celular en la cara para no tener que mirarlo a los ojos, “No gracias” le decían a sus volantes… se ponían los audífonos a escuchar quien sabe qué, mientras en la radio del bus una orquesta peruana de salsa interpreta los covers de los únicos temas autorizados a sonar hace 30 años.

Hoy su página tiene alrededor de 3000 personas y Fabriccio sueña con crecer, hacer eventos y -quien sabe- empezar pronto una revolución cultural

Pierre on the rocks

Son pocas las páginas de rock peruano con esfuerzos interesantes. No es fácil hacer contenido de calidad cuando lo único que aparece en el presupuesto es el entusiasmo. Por ello, un gran número están llenas de copy/paste de notas de prensa o entrevistas que además de pobres en contenido se ven y suenan mal. Así es imposible conseguir muchos seguidores.

Esto ha generado que los productores de conciertos vean con malos ojos a muchas iniciativas independientes por difundir el rock local y no suelen darles acceso o incluso responderles los correos y mensajes. En este problema, Pierre Cárdenas, productor y conductor de Pierre on the rocks, encontró una traba complicada que casi lo hace desistir. Pero no lo hizo.

Pierre es hincha a muerte del rock nacional. Llegó de Huancayo en el 2010 cuando la mayoría de sus bandas favoritas de la escena “chikipunk” empezaban a desaparecer. Ahí empieza su fijación con el registro. ¿Qué pasará con las bandas de acá a 10 años? ¿Dónde estaremos nosotros? ¿Dónde estaré yo? El dilema existencial de Pierre dispara su entusiasmo y decide empezar a registrar conciertos primero con una cámara de fotos y luego con una cámara de video.

A veces acompañado de su hermana, estudiante de cine, pasea por los conciertos buscando respuesta a sus preguntas. ¿Cómo se verán todos estos chicos y chicas que vienen a los conciertos de acá a 20 años? Se acercó a ellos para entrevistarlos. Así empezó a hacerse de un público fiel y lleno de fanáticos del rock peruano de distintas partes del país. A Pierre on the rocks lo siguen no solo desde Lima sino también desde Tacna, Trujillo, Arequipa, y más ciudades que disfrutan de sus videos.

Los asistentes ya lo reconocen, y se emocionan cuando les toca ser entrevistados. Es un logro bastante emocionante para un proyecto que tiene alrededor de dos años de vida. “Me gusta tanto el rock nacional que voy a ir a muchos conciertos, así acumularé contenido”, pensó. Su estrategia para ganar seguidores fue hacer videos “tipo karaoke” con canciones de bandas peruanas. Se “colgaba” de canciones de Mar de Copas, Líbido, Amén, etc., y la gente visitaba su página para cantar desde sus casas.

La combinación de estos dos productos llevó a que un día, mediante un amigo, lo invitaran a cubrir el “Chikipunk Fest”. Bien acreditado como prensa pudo tener un primer acercamiento a las bandas y ese fue un primer hito en su trabajo de difusión. Con el tiempo se ha hecho un nombre, los artistas lo reconocen y lo invitan a cubrir sus conciertos, los productores de conciertos responden sus mensajes y ojalá pronto los productores de festivales también

Sawá Sesiones
En un país centralista como el Perú, la situación siempre se agrava para quienes no viven en la capital. Para bandas de otras ciudades es muy difícil hacerse una carrera sin migrar. Los medios aunque más pequeños son casi igual de esquivos con las propuesta locales salvo en los casos de géneros específicos y relacionados con la tradición.

En Cajamarca, Kiara Lozano y Jose Alberto Osorio buscaban qué hacer después de terminar la carrera de Comunicación Audiovisual en la universidad allá por el año 2013. Encontraron en la escena musical cajamarquina de la que eran parte una necesidad urgente de registro visual y sonoro de calidad. Nuevamente la necesidad de documentar su cultura y su tiempo. Este encargo, que debería ser del Estado, recae en las manos de estos dos motivados jóvenes con el objetivo de difundir la cultura musical cajamarquina. Se trata de una tarea tan enorme como importante.

La primera banda que grabaron fue una banda de rock cristiana. Se juntaron con ella para escuchar las ideas de los músicos durante la pre producción. Aterrizaron todo eso y luego por medio de amistades o tocando timbres lograron los recursos necesarios para la producción.

Cada sesión toma aproximadamente unas 8 horas dependiendo de su complejidad. Kiara y Jose Alberto no cobran aún por su trabajo en Sawá, tampoco los compañeros que se han ido sumando al proyecto. El sonidista y los equipos corren por cuenta de la banda. Las bandas con integrantes adultos y con mejor economía son las que pueden pagar los entre 500 y 600 soles que cuestan el sonidista y los equipos. ¿Cuántas bandas jóvenes estarán lejos de esta hermosa iniciativa?

Los canales locales de televisión exigen que su nombre encabece la autoría de los videos a cambio de un espacio. Aún con esas condiciones la televisora no busca ningún auspicio, mal negocio. Considerando el tiempo y talento invertido desde la pre-producción hasta la post producción estamos hablando de un proyecto que merece la atención de todo el país y que necesita ser financiado para crecer.

Sawá sesiones no ha logrado solamente un formato con identidad propia y difundir montones de bandas en su canal si no que han creado una mística muy interesante entre audiovisuales y músicos cajamarquinos que, además de participar en la producción, ayudan a difundirlo en sus redes sociales. Así Sawá ha llegado a Ayacucho a grabar a Ayapacha R4 logrando videoclips de muy buena factura, de bandas muy talentosas que por su ubicación geográfica se ven limitadas sus posibilidades de difusión a nivel nacional. Poco a poco, con organización y persistencia Sawá sesiones está generando un circuito interesante.

***

¿Cuántas bandas más, cuántas iniciativas más se necesitan para que el Estado peruano y los medios de comunicación presten atención a la música que se hace y se consume en el Perú? ¿Cuánto del espectro radioeléctrico beneficia a los trabajadores de la música en nuestro país? El Estado y los medios de comunicación tienen una deuda enorme con el artista peruano que sobrevive con ingenio y creatividad a las condiciones en las que se le obliga a ejercer su trabajo. En muchos casos, se vuelve solo la mirada para el elogio cuando es premiado y las palabras sentidas cuando fallece. Por suerte para todos los peruanos, hay quienes tomaron la iniciativa heróica de generar registro de estas culturas silenciadas.

Seducir en tiempos de internet

Los animales viven atentos al celo. Los machos tratan de cortejar o persuadir a la hembra mediante acciones que van desde la exhibición de la cola del pavo real hasta el olfateo de los perros.

En nuestro caso, el instinto pocas veces acierta ante los ciclos hormonales (las manifestaciones del celo son casi imperceptibles), y el cortejo se restringe muchas veces a la seducción verbal… Pero, aunque debiera ser útil para aclarar lo turbio, el lenguaje no nos está sirviendo para eso.

Los que han usado Tinder saben que hay gente que en su descripción advierte “sólo amistad” o más específicamente “no sexo”, dos mensajes acaso contradictorios en una aplicación que la mayoría asocia a un espacio virtual de apareamiento humano. Y es rarísimo encontrar a quien haga la oferta contraria, es decir, “nada de amistad, sólo sexo”. ¿Es que no hay nadie con esas intenciones o es que decirlo nos convertiría en monstruos o simplemente estúpidos?

La dificultad hoy de tener este tipo de intimidad, ¿es causada por las diversas app’s para encontrar pareja?

Conozco a alguien que no usa Tinder pero que no duda en explicitar sus pretensiones sin galanterías a sus flirteos en redes sociales, pues considera que pactar una cita y “florear” cuando sólo quiere “pasar el rato” es, además de una vileza, una pérdida de tiempo. Y de dinero. Y dice que a su edad ya no está para eso.

¿Pero qué hay de quienes no se atreven a decir lo que realmente buscan? Pensemos en una pareja que baila una salsa en su primera cita, y que en algún momento la interacción resulta confusa, inquietante, ¿le gusto o me parece? Imaginemos: el gusto entre ambos es real. Si fuésemos transparentes, el interés se transformaría en verbo y las cosas serían mucho más sencillas, pero precisamente es eso lo que la sociedad condena, ¿no? Lo fácil. O sea, ¿cuántas veces hemos oído o sugerido el muy sudamericano ‘hazte el/la difícil’? Y, por otro lado, cuando la coquetería es manifiesta, ¿hay que insistir sobre eso?

CORTEJO CIBERNÉTICO

¿Y qué onda cuando la seducción es cibernética, como está de moda? ¿Cómo interpretar emoticones, el ritmo de las palabras o las risas? Muchas veces un jajá en el dispositivo no significa nada en el rostro real del usuario. Me refiero a que la carita que da un beso puede ser sólo un símbolo de amistad para algunos, pero para otros hasta una insinuación. Por consiguiente, ¿cómo decodificar con certeza el mensaje?

Obvio, contamos con la opción de preguntar “¿ese emoticón significa algo más?”. Pero la interrogante compromete.

Por eso, como ejercicio perverso, propongo una especie de salvoconducto que sería más que un acuerdo tácito entre dos personas que se tienen en cuenta para trascender lo amical: el código #PDA (permiso de apareamiento).

Funcionaría así: por WhatsApp, Facebook, Tinder o lo que sea, uno envía el #PDA. Si la otra persona responde con un #APDA, es decir, con una aceptación del permiso de apareamiento, las cosas pueden pasar al siguiente nivel. Y cuando se quiera acabar con ese vínculo, se corta con un #NPDA (no permiso de apareamiento).

Ojalá y estos cuatro caracteres eviten nuevos ofrecimientos soeces. Sin duda, el código es más honorable que el faltoso “¿ya estás en tu camita?”. No olvidemos que somos mamíferos. Pero racionales. Defendamos nuestro derecho a arrecharnos y a satisfacer nuestros deseos con inteligencia y absoluto respeto hacia el otrx.

Por eso, si no quieres molestar, el código #PDA debes formular.
¿Hay consenso? ¿O es que lo injurioso es la propuesta sexual en sí misma?

La habitación del pasado

Cuando papá llegaba ebrio a casa, ya teníamos un protocolo bien definido.  No era necesario que mamá dijera palabra alguna. Bastaba que nos mirara con sus asustados ojos café y sabíamos bien qué hacer: cerrar la puerta de la habitación con seguro y no salir, sin importar lo que escucháramos. Esto último nos lo había repetido cientos de veces, algunas con voz temblorosa, otras con sus ojos húmedos.

Con el tiempo, el protocolo de mamá quedó obsoleto. Probablemente por la curiosidad de la adolescencia, decidimos añadir los headphones al sistema.  Siempre deseé que la pequeña Mary hubiese podido entrar a ese refugio en donde la música sonaba suficientemente alta como para lograr callar al mundo entero, pero yo era demasiado cobarde como para abrirle la puerta a alguien más. Yo también tenía miedo.

A pesar de todo, creo que las cosas funcionaron bien. Yo pude escapar de allí, empujada por el tiempo, y no volví hasta cuando tuvimos que despedir para siempre a la pequeña Mary. Incluso a los veinte años, ella siguió siendo pequeña para este mundo. Y así se quedaría para siempre, de veinte años y con la chompa que le tejió mamá.

De alguna forma, Mary también logró escapar.

***

Después de la tragedia, empecé a visitar a mamá más seguido. Era un buen pretexto para escapar de la rutina de mi hogar. Sabía que se sentía sola, tan sola como yo (a pesar de un esposo y dos hijos). Y ella sabía bien que al lado de papá siempre se sentiría sola. A veces la soledad es más costumbre que decisión.

En algunas ocasiones, mis visitas coincidían con alguna reunión social en nuestra vieja casa. Todo empezaba con muchas risas e historias, pero siempre terminaban con la tristeza de tres almas solitarias asustadas por sus propios demonios. Al final solo quedábamos mamá, papá, yo y la ausencia de Mary, mirándonos desde las docenas de retratos que mamá había colocado en la mesita de centro de la sala. Como para no olvidar que ella siempre estuvo al centro de todo. Tan silenciosa, tan pequeña, tan ausente.

Luego de esas reuniones, papá siempre terminaba igual de ebrio. Eso no había cambiado en absoluto. Él y mamá eran como una foto con muchos años encima: un poco desgastada por el tiempo, pero siempre la misma imagen triste.

***

En esos momentos, veo a papá sentado en la sala, viejo y solitario. Pidiendo compañía, pero es mejor así. Él tiene derecho a olvidar.
Mamá aun camina nerviosa por la cocina, rogando que esa noche termine y que el miedo -que ella asocia con el aroma a alcohol- la abandone.

A estas alturas de mi vida, yo ya no entiendo el miedo de mamá,  pero, incluso sin importar lo trágica que puede parecerme la escena, le sigo la corriente: Porque el miedo es como la oscuridad, asusta más cuando estás solo.

Entonces, sigilosamente caminamos hasta mi habitación, la de siempre, solo que sin Mary. Esta vez la niña pequeña es mi madre y yo le repito lo que ella me enseñó de niña. Pero le añado algo de mi estilo optimista, diciéndole que no pasara nada. Somos dos mujeres adultas, y papá ya solo es un viejo miedo. Ella me sonríe temerosa e incrédula. Cerramos la puerta, apagamos la luz. Solo por costumbre, nos echamos en la misma cama. Si el miedo nos encuentra, que nos encuentre juntas.

Esta vez, soy yo quien la abraza, mientras ella me pregunta, susurrando, por los niños y mi esposo. Me pide que los traiga en la siguiente visita. Yo le miento…

…las verdades asustan y entristecen. Así que por esta noche, las verdades de ayer que me persiguieron hasta hoy, se volverán mentiras, suaves e inocentes. Solo por esta noche. Porque cuando yo regrese a casa, y encierre a mis niños en su habitación, imaginaré que mamá y Mary también están en esa habitación.

Encerraré a todos los que amo en esa habitación, para que no huyan de mí, para que nadie les haga daño. Los encerraré a todos en la misma habitación. Al salir, yo tendré mucho que ocultarles. Pero me guardaré para mí, una historia bonita sobre el dolor, y quizás, una crónica triste sobre el amor que nació en esta habitación.

El arte de La Resistencia Trans

El domingo pasado mi esposa y yo fuimos a un concierto. Merian, mi cantante peruane favorite (así con “e”) se presentaba en un evento muy cerca a nuestra casa y era una oportunidad que no podíamos dejar pasar.

Llegamos cerca a las 7:30 al Galpón en Pueblo Libre y a los pocos minutos empezó el concierto organizado por el colectivo Diversidades Trans Masculinas – DTM para juntar fondos y armar el Primer encuentro nacional de Transmasculinidades, un evento tan ambicioso como necesario para una comunidad con problemas que la sociedad peruana no entiende, no quiere entender o prefiere no prestar atención.

La chispa inicial la encendió Antony Polisha, bailarinx y performer travesti que marcaba la línea de lo que sería el evento con su presentación. Su presencia tanto dentro como fuera del escenario nos dejaba claro que no estábamos en un evento convencional. Este era un evento donde los roles de género son cuestionados en cada detalle, en cada actuación, en cada canción y nos invitaba a todos a cuestionarnos la manera binaria en la que estamos acostumbrados a ver al mundo

Poco después, en el escenario, también a los pies de una enorme y orgullosa bandera trans se presentaba Tais Evan. Con 17 años, Tais, un chico trans, acompañado de Santiago en la guitarra nos cantaba temas propios y ajenos sobre cómo se ve el mundo desde sus ojos. En el público sus familiares llenos de orgullo tomaban fotos y grababan videos. Era la segunda presentación de la noche y ya estábamos frente a un momento tan conmovedor como importante. Un niño de 17 años había decidido cantarle al mundo que lo veía distinto, que amaba distinto y que se sentía distinto a lo que el mundo esperaba de él y que no aceptaba los roles que este pretendía imponerles. No estaba solo, tenía a su familia de su lado y a nosotros aplaudiendo su talento y valentía. Qué importante es la familia, qué importante es no sentirse solo.

Tais y Santiago Foto: Carlos García

Luego de los aplausos y las felicitaciones que Tais y Santiago merecidamente recibieron, se invitó a Angelina al escenario. Ella, vestida toda de blanco, interpretó “La muerte del cisne”, una obra de ballet clásico que tradicionalmente ha sido interpretada por mujeres cisgénero y que ella, trans, interpretaba como acto de rebeldía. Ella ha elegido esta pieza porque quiere que seamos testigos de la muerte de un ser hermoso. Vemos frente a nosotros los elegantes y dolorosos esfuerzos del cisne por resistir, sin éxito esta vez, a la muerte. “Resistir, compañeras”, a ello invita Angelina, y lo hacía no solo con sus movimientos de ballet sino levantando la voz, reclamando a esta sociedad que las deja morir porque prefiere verlas muertas antes que diversas, antes que cuestionar sus básicas y mezquinas interpretaciones binarias de la vida. “No lo lograrán, no podrán” dijo, y le creemos y estamos con ella.

Angelina interpretanto “La muerte del cisne” Foto: Carlos García

Para ese momento el público, algo menos de 100 personas que habíamos llenado los asientos del local, estaba contento y entusiasmado. Hábilmente, Seb Marallano, compañere trans integrante de DTM que hacía las veces de presentador, nos invitó a un break y a comprar pines, stickers, chelitas o pan con palta, porque muy bonito todo pero no debemos olvidar que es un evento profondos y que el objetivo es traer a 10 compañeres trans de otras ciudades al Primer Encuentro Nacional de Transmasculinidades en Lima.

Evento en el Galpón. Foto: Carlos García

Compré una cerveza y me puse a un costado para observar el momento y las personas que eran parte de este escenario. El mundo del arte binario se me hace entonces insoportablemente aburrido, monótono y sobretodo injusto. ¿Qué mensaje valiente puede tener un hombre cisgénero en el escenario cuando lo comparas con alguien que hace arte en un mundo donde día a día hay que sobrevivir primero? ¿Qué nueva visión del mundo, del amor y del odio, de la vida y de la muerte puede aportar la hegemonía heterosexual impuesta desde hace tantos años? Con ella se nos educa y se nos evalúa desde que nacemos, quien no responde a su estructura y a los roles que se nos asigna, se reprime o se asesina.

Bandera peruana. Foto: Carlos Garcia

Incluso las canciones de siempre toman otro sentido, otro matiz cultural, y se convierten en algo nuevo cuando las interpreta una persona trans. Porque son otra historia, una que no nos hemos permitido conocer. La riqueza de la diversidad está ahí también, en poder mirar al mundo con otros ojos. En un mundo que se condena a la monocromía de lo binario, es un crimen habernos negado tantos colores

Nuevas canciones

Almendra y Marina. Foto: Carlos García

Era el turno de Marina Kapoor y Almendra Pamela. Marina, famosa por su participación en Los Cuatro Finalistas -programa concurso de TV- subió al escenario poco después de que Almendra, modelo y guitarrista profesional, sorprendiera a todos con una versión acústica de Bohemian Rhapsody, el clásico de la banda británica Queen.

Listo el dúo sobre el escenario, Marina cantó una canción de Leo Dan que le recuerda a su abuela, se la dedicó a ella por todo el amor que le dio desde siempre hasta sus últimos días. Reconocí la canción cuando empezó, sonaba también en mi casa cuando yo era un niño. En la voz de Marina era una canción diferente, casi una canción nueva. La canción ya no decía lo que siempre dijo

“Siempre estoy pensando en ella
Pensando que hará
Siempre estoy rogando que vuelva
Mi llanto a calmar”

En esta presentación Marina insistió en recordarnos que las personas trans no viven, sino sobreviven. La violencia transfóbica no solo las arrincona en un par de profesiones -impidiéndoles hacer carrera en lo que les provoque como cualquier ciudadano- si no que las mata y de muchas maneras. No solo es asesino el odio particular de una persona transfóbica, también lo es la transfobia de la sociedad y el Estado que las limita en sus posibilidades de desarrollo, las empobrece y luego les niega la atención médica que les corresponde dejándolas morir.

Nos queda corto hasta el lenguaje para hablar del mundo diametralmente distinto que nos entregan. No es un mundo nuevo, es un mundo que siempre estuvo ahí, aunque invisible entre las sombras como condena. Ese mundo hoy se hace visible y reclama su espacio. El sol saldrá pronto para todes. ¿Por qué habría yo de referirme a elles en binario y hacerlo además en nombre del rey?

Orgullosamente Trans. Foto: Carlos García

“Pero bueno, no nos pongamos densos” repetían varies de les artistes que se presentaron esa noche luego de dar sus manifiestos. Entre aplausos emocionados y combativos se despedían del escenario dejando libre el espacio para la siguiente presentación.

La peruanidad en el arte trans

AlezzAndro es un drag king que se ha hecho ya de un espacio en la movida de las fiestas y del drag limeño. Gana nuestra atención con pasos de baile al ritmo de un mix que va desde Yma Sumac hasta el Tic Tic Tac de la Joven Sensación. Su talento, su gracia y su simpatía nos sacan a todos una sonrisa. Su energía hace aún más alegre la noche. Vestido de negro, se adorna con un manto tejido peruano y pienso: para estar orgullosos de ser peruanos es más importante que reconozcamos la diversidad de nuestros ciudadanes antes que la de nuestra comida. Llegará el día en que a ningún peruano se le nieguen sus derechos y ese día conoceremos de verdad el orgullo.

Había llegado la hora de la presentación que me llevó al Galpón este domingo: Merian.

Conocí a Merian en el evento “Juntos porque la memoria no nos falla”  donde acompañada por Ruth Torres en la guitarra nos dejaron a todos con la boca abierta por la potencia de su interpretación, de su mensaje y de su presentación en vivo.  No necesitó más recursos que su voz, su cuerpa y las seis cuerdas de Ruth para prenderse de nuestra memoria y nuestros corazones. Merian es cantante trans, “transfeminista en deconstrucción” según su cuenta de instagram y es también activista #orgullosamentemarica como suele decir en sus conciertos

Las presentaciones de Merian son más que música y entretenimiento, son un acto político.
No crean que lo político le resta alegría a sus presentaciones, Merian es una persona muy simpática y su show es de los más entretenidos a los que he tenido oportunidad de asistir. Merian logra entretener, emocionar y hacer pensar. “Pensar es altamente femenino / Mañana es tarde y el tiempo apremia” nos dice al interpretar Mujer, tema que escribiese la venezolana Gloria Martin y que hiciese famoso la mexicana Amparo Ochoa. Helen Zamudio en el bajo, Ruth Torres en la guitarra y Laura “Rulos” Vidaurre en la percusión acompañan las melodías de Merian y los cantos al amor y a la libertad.

Una presentación en vivo no debe quedar solo en los ojos y en los oídos, debe quedar en la memoria y en los corazones. Merian nos tenía una sorpresa, Amapola, una canción de amor del ahora cristianísimo Juan Luis Guerra. A mitad de la canción Merian invita a quien quiera cantar que se acerque, se pone a un lado del escenario, la gente se mira y al rato aparecen les valientes. Marina Kapoor rompe el hielo y asume, luego les amigues, las parejas, solos y en mancha salen al frente a cantar.

“Una Amapola me lo dijo ayer
Que te voy a ver
Que te voy a ver
Y un arcoiris me pintó la piel
Para amanecer contigo”

Las palmas, las sonrisas, las alegrías. Volteo a ver a les compañeres, veo a todes felices, enmocionades y felices, me contagian de su entusiasmo y su alegría. El tiempo, sin embargo, es siempre tirano y los vecinos son unos quejones cuando hay fiesta los domingos “hay que cuidar el espacio que nos han prestado con tanto cariño”, nos dice Merian antes de despedirse con una última canción.

Una amapola me lo dijo ayer… Foto: Melissa Merino Montoya

El Chilalo y su canto libre

Merian cuenta que “El Chilalo” es un ave que hace su nido de barro, que vive en el norte del Perú, que canta siempre a las mismas horas y que, por eso, son los relojes del campo, que cuando “El Chilalo” está en cautiverio se muere y que de esa ave trata el tema escrito por Chalena Vásquez que interpretará a continuación.

“¡Su canto es un… y que lo sea siempre carajo… canto libre!

El arte de la resitencia trans https://lacentral.pe/el-arte-de-la-resitencia-trans/
Foto: Melissa Merino Montoya

No se si todos ahí fuimos conscientes del momento del que estábamos siendo parte. Yo creo que es el punto de partida para muchas cosas interesantes que transformarán y harán más saludable a nuestro país y ojalá al mundo.

No recuerdo cuándo fue la última vez que sentí eso en un concierto. Salí de ahí con otra energía y con mil preguntas más de las que ya tenía sobre los efectos nocivos del machismo que se nos embute todos los días. Me alegra muchísimo haberme reencontrado con esa fuerza imparable del arte valiente en la noche del domingo pasado.

Terminamos nuestra cerveza, subimos al taxi cansados y felices, somos dos personas distintas las que regresan a casa esta noche. Gracias.

El Bandersnatch de Yonhy Lescano

Yonhy Lescano Bandersnatch

Como en Bandersnatch, el último capítulo interactivo de Black mirror la serie de Netflix, esta historia siempre termina en tragedia. Tarde o temprano algo sale mal porque la salida que podría reivindicar al protagonista, no existe, es una historia muy corta, absurda e irreal. Nuestra versión de Bandersnatch con Yonhy Lescano, el congresista acusado de acoso sexual por una periodista anónima, sólo podría resolverse a su favor si las cosas no estuviesen ya tan avanzadas en su contra. Son sus propias decisiones lo han llevado a donde está.

A continuación, un seguimiento de los hechos. Se ruega al lector leer este artículo en modo Bandersnatch.

Periodista anónima denuncia acoso de un congresista.
La prensa empieza a hacer preguntas sobre el tema a distintos congresistas y llegan a Yonhy.
¿Señor Yonhy lescano, qué opina usted sobre las denuncias de acoso de una periodista a un congresista del que aún no se hace público el nombre?

Yonhy Lescano Bandersnatch

Si eliges A: Demuestras que todo era una conspiración de tus enemigos políticos. El aprofujimorismo en alianza con Zuckerberg lograron hackear tu whatsapp para colocar mensajes ofensivos a la periodista y que ella junto a su amigo periodista armaron una campaña de desprestigio en medios. Fin

Si eliges B: Días después un periodista amigo de la denunciante anónima anuncia que pronto saldrá a la luz el nombre del congresista acosador. Se publican dos capturas de pantalla de la conversación entre el acosador y la acosada. Todo el país está al tanto de este tema, es tendencia en todas las redes sociales. A la mañana siguiente tu nombre aparece en todos los medios como el autor de estas conversaciones de acoso.

La prensa llega a tu casa con preguntas sobre el caso y respondes:

Yonhy Lescano Bandersnatch

Si eliges A: El congreso inicia una investigación para dar con quienes armaron una campaña de desprestigio en tu contra. Los agentes de seguridad involucrados terminan presos. Se organiza un evento de desagravio que te asegura mantener viva tu carrera política unos años más

Si eliges B: Nadie entiende por qué no dices los nombres de los agentes de seguridad involucrados. La opinión pública y la prensa empiezan a dudar de ti y verte como sospechoso. El congreso y la calle piden tu desafuero. Sin embargo, los noticieros interesados en el rating que el caso puede generar te da una nueva oportunidad y te invitan a un programa de televisión donde:

Si eliges A: El congreso inicia una investigación para dar con quienes armaron una campaña de desprestigio en tu contra. Los agentes de seguridad involucrados terminan presos. Se organiza un evento de desagravio que te asegura mantener viva tu carrera política unos años más

Si eliges B: Tu reputación está por los suelos. La opinión pública pasa de verte con sospecha y desaprobación y piden tu cabeza. Tus aliados políticos se desmarcan y te quedas solo en el camino al desafuero. Tus enemigos políticos celebran, incluso los más sucios y desprestigiados salen al frente a distanciarse de ti. Acorralado viejos enemigos deciden lanzarte un salvavidas, piden “no hacer leña del árbol caído” o “pasar a temas más importantes para el país”. Sabes que en política nada es gratis y que probablemente sea la manera en que a cambio de salvarte te exijan no volver a enfrentarte a ellos ni investigarlos. Por lo visto, no hay salida honorable a tu situación Yonhy Lescano. Tanto tus bajos instintos como tu pésimo manejo de la crisis te han acorralado en la deshonra. ¿Qué decisión tomarás?:

Yonhy Lescano Bandersnatch

Esto es una obra de ficción

Coma tecnológico

Cada seis minutos mira su celular.
No importa si se está comiendo un arroz con leche, o viendo alguna comedia con Ben Stiller: cada seis minutos mira su celular.
No se da cuenta, no espera nada en particular, ni un correo laboral o alguna noticia que cambie su vida: cada seis minutos mira su celular, le da una vuelta al Facebook, arriba, abajo, nadie le ha escrito, ¿por qué nadie me ha escrito?, qué aburrido el puto Facebook, todos reniegan, todos opinan, y luego se sumerge en el Instagram, se mete a ver las historias de 30 segundos que suceden en tiempo real en todo el mundo, y allí ve a los pocos amigos que le quedan del colegio y hasta a Kim Kardashian. 

Cuando va al baño, es imposible que lo haga sin su celular. Tiene que mirar su pantalla, tiene que leer algo que le ayude a digerir los miles de contenidos a los que se expone a diario. ¿Postverdad? Qué concepto de mierda. ¿Cuándo ha sido ‘la época de la verdad’, para hoy vivir en la ‘postverdad’? ¿De dónde ha salido este intento de concepto? Que, para colmo de males, defiende la idea de que hoy todo es mentira, todo es propaganda. El mundo siempre ha sido así, solo que ahora lo vemos todo distorsionado en esta diminuta pantalla, todo es un puto vértigo. Lo que sí es nuevo es nuestra ingenuidad, nuestro crecimiento como robots adictos al consumo de lo estúpido.

Nuevamente pasan los seis minutos, y nuevamente mira su celular.
Ahora ve una fotografía. Qué linda ella en la playa.
(siempre le pareció que ella tenía algo de pájaro, las cejas, la boca)
-Nunca le hablaste en tu vida, baboso.
Pero ahí le queda su celular pues, al menos para verla de tanto en tanto.