¿Una tesis sin sentido?

“No debes juzgar a un libro por su portada” es un refrán muy conocido y hoy nos puede servir para reflexionar sobre la expansión de críticas e insultos en redes
sociales.

Hace poco se hizo viral en las redes sociales la fotografía de la ‘portada’ de la tesis titulada “Análisis de la reconciliación entre Sheyla Rojas y Antonio Pavón transmitida durante el programa Combate (mayo de 2013)”. A partir de esto se formó un revuelo de burla y crítica en las redes debido, simplemente, a lo peculiar del título, mas no al contenido trabajado en la tesis.

Este fenómeno es interesante para la reflexión: ¿por qué reaccionamos de manera tan agresiva a la información expuesta las redes sociales? La tesis fue aprobada con un ‘sobresaliente’ de nota y parece que esto no es suficiente para hablar de ella con la seriedad que se debe.

Hablar de ella con desprecio sin haberla leído es negar la capacidad profesional de las personas que trabajan en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, ubicada por varios rankings entre las cinco mejores universidades del país.

Entonces, el punto es el siguiente:

¿Qué es lo que está mal en esta tesis para las personas que critican y se mofan de ella? ¿La elaboración? ¿O es acaso la presencia de algo tomado como “mundano” o “poco serio” para ser estudiado (Combate)? La tesis está bien estructurada, es completamente valida y analiza su objeto de estudio con un método investigativo correcto, por lo que deduzco que es el tema –‘de poco nivel’ para muchos- lo que ha ocasionado la ola de críticas.

Combate es un reality show que forma parte de la vida diaria de muchas personas que buscan entretenimiento en la televisión: es más que conocida la cantidad de rating que estos programas generan. Por lo tanto, siguiendo esta idea y teniendo los miles de peruanos que siguen a los personajes de este show, ¿Por qué despreciar y restar importancia a una investigación realizada con la exigencia investigativa que una tesis requiere?

Las personas que están criticando la tesis por su aparente ‘poca seriedad’ lo hacen con un afán de ‘distinción’ en redes sociales; es decir, juzgan para diferenciarse de las personas que sí ven Combate, percibidas injustamente por muchos como ‘culturalmente diferentes’ y cuyo ‘nivel no les permite entender o consumir otras formas de entretenimiento’.

Es así de simple: la gente juzga la tesis porque el objeto de estudio es Combate.
Y estos ‘críticos’ prefieren diferenciarse del consumidor de este programa.

Entender este afán de distinción resulta clave para examinar por qué Combate
se ha convertido en todo un símbolo del cual hay que diferenciarse en nuestra
sociedad para encajar en determinados círculos o status sociales.

Podríamos sumar a este tipo de símbolos culturales, por ejemplo, los libros de Paulo Coelho u otros programas de televisión como Esto es guerra. Para entendernos mejor: basta que uno de estos símbolos aparezca en algún tema de investigación o debate para que sea tomado como “poco serio” y reciba mofas sin tener en cuenta su contenido.

La libertad de opinar sin argumentos sumado el acceso rápido al contenido en
internet que se nos presenta en las redes sociales – donde muchas veces todo se reduce solo a títulos y no a los contenidos en sí– hacen que hoy las redes sociales se llenen de ‘opinólogos’ que solo juzgan libros por sus portadas.

Y esto es criticable desde cualquier punto de vista.

Ahora: ¿son prejuicios de redes o también aparecen en la convivencia en comunidad? Las redes sociales son una instancia más dentro de la vida social real de todas las personas, dentro de esta instancia las personas construyen su yo ideal mediante la proyección de un capital cultural deseado. Casi siempre este yo ideal encaja en los status o grupos a los que se desea pertenecer. En nuestro día a día buscamos diferenciarnos de todo lo que no sea parte de nuestro capital cultural deseado, hasta cierto punto está bien porque es lo que hace que cada persona forme una identidad y sea una particularidad; el problema está en que nos estamos distinguiendo del otro para denigrarlo o ponerlo en una escala inferior – prueba de ello es la ola de burlas e insultos que recibió la tesis.

“Yo no tomo Cartavio, yo tomo Zacapa”
“Yo no voy al cine, yo voy al teatro”
“Yo no voy al Centro, yo voy a Barranco”
“Yo no tomo Pilsen, yo tomo Cusqueña”

No digo que tomar Zacapa, ir al teatro, chupar en barranco o beber Cusqueña sea malo; sino que, el problema está cuando mediante este tipo de
consumos nos sobreponemos en una escala de valor cultural a las personas con
un consumo distinto al nuestro por el hecho de ser más accesibles o “vulgares”.

El cuestionamiento de esta condición cobra un sentido vital para pensar en una sociedad como la limeña, altamente racista y clasista. ¿No será que detrás de nuestra crítica y burla está escondido el deseo de no ser catalogado dentro de ese grupo de personas para las cuales combate es importante? ¿Y no será una consecuencia de considerarlas inferiores a nosotros?

¡Sí! y es una consecuencia directa de discriminar a los consumos culturales distintos que consideramos inferiores. Hay que replantear nuestra sociedad limeña en términos de respeto del otro y basta ver las redes sociales para ver qué aún nos falta mucho como sociedad.


Manuel Lavado
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Que todos se enteren