México cambia su historia

Por Israel Carreón

Comunicador y magíster en Estudios Culturales por la Universidad Autónoma Metropolitana de México

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es el nuevo presidente de México luego de dos intentos fallidos. Los más de 30 millones de votos representan el hartazgo hacia los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó por más de 70 años seguidos, y una falsa alternancia con las administraciones de Felipe Calderón y Vicente Fox, ambos representantes del Partido Acción Nacional (PAN).  Así pues, la elección de López Obrador es un hecho histórico para México.

La principal promesa de AMLO es terminar con la corrupción. También promete pacificar al país, desarrollar económicamente a México mirando al comercio interior y no sólo al exterior, específicamente a Estados Unidos, país al que exporta más del 90 por ciento de sus productos; mejorar las condiciones de los pobres que suman más del 50 por ciento de la población total, unos 60 millones, y finalmente: lograr la ‘Cuarta Transformación de México’.

¿Es AMLO la solución para México?

¿Qué es ‘la cuarta transformación de México’? 

Primero veamos las tres primeras transformaciones:

La independencia. Es el nacimiento de México como nación, conflicto armado iniciado por Miguel Hidalgo, un criollo en contra de los beneficios de unos pocos que derivó en una guerra de más de diez años.

La Reforma. Aquí estuvo involucrado uno de los personajes favoritos de Obrador, el oaxaqueño Benito Juárez, el Benemérito de las Américas. La también conocida guerra de los tres años, entre conservadores y liberales, culminó con las leyes de reforma, enfocadas a quitarle poder a la iglesia y secularizar al Estado.

La Revolución. Uno de los movimientos armados más importantes del siglo XX en América Latina. La Revolución terminó con la dictadura de Porfirio Díaz, instauró una nueva constitución -vigente actualmente- y nacionalizó diversos bienes que estaban en propiedad de extranjeros.

AMLO aseguró que esta ocasión la transformación se hará por la vía pacífica y democrática y no armada, como las tres anteriores, por lo que si es cierto, en cualquier momento de su administración estaría convocando a una Asamblea Constituyente para cambiar la Carta Magna. De lo contrario, su decir sólo es una figura retórica para indicar darle mayor relevancia al cambio de gobierno.

Asuntos tratados en los meses previo a la Presidencia

Tras las elecciones de julio pasado, el equipo de transición del hoy presidente de México inició el proceso para presentar una iniciativa de ley de Amnistía e inauguró los foros ‘Por la Pacificación y Reconciliación Nacional’. Además, en su campaña prometió que echaría atrás la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, la reforma energética y la educativa. Las Cámaras de Diputados y de Senadores que hoy también cuentan con mayoría del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) del que AMLO es fundador, ya se encuentran trabajando en las iniciativas para dejarlas sin efecto.

Sin embargo, una de las polémicas de López Obrador durante su campaña fue la idea de regresar al ejército a los cuarteles.  Esta promesa ya la rompió pues hace poco presentó una iniciativa de ley para crear una Guardia Nacional con la Policía Militar, la Policía Naval y la Policía Federal.

En el pasado, en diferentes ocasiones el presidente se manifestó en contra de que el Ejército estuviera en las calles supliendo labores de seguridad pública y afirmó que la Policía Federal debería de ser la encargada de hacerlo. No obstante, unos días antes de su toma de protesta afirmó que las policías del país están corrompidas -lo cual es cierto- y que no son suficientes para dar frente a los criminales. Por ello, presentó la propuesta para crear la Guardia Nacional.

En su discurso de toma de poder reafirmó que impulsará la construcción de la Guardia Nacional, pero prometió que nunca dará la orden de que el Ejército reprima al pueblo. Habrá que juzgarlo con el tiempo, ya que la formación de la policía militar es casi un hecho pues cuenta con mayoría absoluta en ambas cámaras del Congreso para aprobarla.

Día de fiesta nacional

Contrario a lo que sucedió hace seis años, cuando Enrique Peña Nieto tomó protesta como presidente del país en un evento privado y con protestas en las calles de la Ciudad de México, donde incluso un activista murió por una herida de bala de goma en el ojo, la posesión de mando de López Obrador como mandatario de México se llevó a cabo en paz y armonía.

Miles de personas arribaron al Zócalo capitalino, frente a Palacio Nacional, desde donde despechará en adelante el presidente, para celebrar junto con AMLO y los representantes de los pueblos originarios del país el cambio que todos los mexicanos deseamos. Por primera vez en la historia, un mandatario recibió el bastón de mando por parte de los pueblos originarios, incluso se hincó ante el hombre que sollozando de la emoción le dio el símbolo de poder ante la presencia de más de 150 mil espectadores.  

El hartazgo es mucho, la fe otro tanto y la paciencia poca

Cuando López Obrador fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México hizo impulsó obras bien recibidas por la gente:  becas para los jóvenes, pensiones para adultos mayores, construcción de caminos y puentes; además de la creación de una universidad pública.

Sin embargo, hoy recibe el país con los peores indices económicos en décadas, el dólar pasó de los 12 pesos en la administración pasada a 19, la gasolina aumentó de 10 pesos a 19; mientras que el salario mínimo sólo aumentó de 60 a 88 pesos.

El reto es grande para AMLO.

Veremos si lo logra.


Que todos se enteren