¿Lector virtual? ¡Qué horror!

Me he vuelto un adicto a comprar libros por internet. Por mera curiosidad me compré un Kindle el año pasado y realmente nos llevamos bien, hemos viajado juntos a muchos lugares, descargué algunos libros, he leído mucho y en cada mudanza agradecí de tenerlo porque es difícil trasladar de casa en casa la cantidad de libros que se acumulan con los años.

CIVILIZACIÓN VIRTUAL

Sin embargo, hace poco me di cuenta de que es aburrido que mi Kindle no tenga color, ni olor, ni ningún hábito referidos a los sentidos. La experiencia de coger un libro es mucho más sustancial y metafísica, y está claro que es infinitamente superior a la de un aparato electrónico. ¿Por qué entonces me hago cada vez más adicto a leer en una pantalla?

Dato importante: El diario Clarín de Argentina ha estimado que un e-book (hasta nombre propio tienen, como si fueran objetos diferentes con el libro físico) puede costar hasta 80% menos. ¿Será que en época de bolsillos caídos los e-book son la salvación para lectores que no se pueden dar el lujo de comprar libros de 25 euros o 100 soles?

Creo que son estos tiempos que corren, caray. Si hace diez años creíamos que la civilización corría veloz en internet, hoy -llegando a la segunda década del siglo XXI- la velocidad se ha convertido en un ‘vértigo’ virtual y emocional que me hace recordar esa película de Alfred Hitchcock del mismo nombre.

Todo pasa más rápido y lo sabemos todo al momento. Hay realidades inventadas y mundos paralelos. Hay relojes que pueden conocer tus emociones. Podemos hablar con nuestros teléfonos. Y todo esto en el preciso instante que nuestro deseo interior nos dice: ¡Compra!

DE MOLESKINE A IPAD

El catálogo de libros en internet es una cosa increíble. Hoy, por ejemplo, he descubierto a Phillip Dick, el escritor de Blade Runner, solo porque vi en Facebook a un amigo que publicó una idea sobre él y Emmanuel Carrére. A ambos los conozco pero no a profundidad. Entonces,  fui a mi nueva Tablet –claro, tengo una Tablet nueva recién comprada por Amazon para tener color en la pantalla- e inmediatamente encontré más de 600 libros, ensayos o lo que sea sobre Dick. ¡Y todos más baratos que un ejemplar físico! ¿Qué habría hecho hace diez años? Pues hubiera apuntado el nombre de Dick en mi libreta Moleskine, luego ir a una librería y ver mis apuntes para acordarme de los escritores que apunté como pendientes para leer.

Y ahora tengo un gran problema. Todos los escritores que quería leer en algún momento de mi vida ahora los he metido a mi aplicación del Kindle en la Tablet y puedo acceder a todos sus libros. He encontrado autores como Kafka, Maupassant, Sebald, Tabucchi, Cervantes, de todo, es realmente como tener una librería en tu propia casa y tener acceso inmediato por unos cuantos euros. ¡Están todos! ¡De todas las épocas! Y puedo seguir virtualmente a escritores que murieron hace años y, si tienen novedades, me llegan como noticias a mi biblioteca virtual.

Pero hoy pasó algo muy triste. Fui a mi biblioteca y vi que mis libros se están llenando de polvo. De casualidad caí en una edición hermosa y cuidada de ‘Viaje a Italia’ de Goethe. Abrí el libro que he ido leyendo poco a poco hace algunos meses, me gusta mucho la altísima capacidad narrativa del alemán para describir paisajes. Leí un párrafo y este hablaba de Tirol, de cómo los Alpes se expandían magníficos en esta hermosa región austríaca en diciembre. Me emocioné muchísimo porque hace dos semanas estuve en Tirol para admirar su belleza en año nuevo y fue exactamente cómo lo describía el escritor en este libro publicado en 1816.

Lo que más me gustó -y entristeció- de la experiencia no fue la imaginación causada por la lectura, sino lo ocasionado por el tacto al coger el libro. Esa relación estética no debería perderse aunque la tecnología nos dé la inmediatez para encontrar a cualquier escritor de cualquier época y a buenos precios. Tal vez la seducción más alta de la lectura solo exista con el objetivo físico.

¿Podrá convivir la estética del libro con la violencia de lo virtual?

Tal vez ya sea demasiado tarde.

Cómo leer, cuando ya odias leer

Si llegaste a este post es porque, probablemente, al igual que a muchos de nosotros, algún suceso traumático en la vida te hizo odiar la literatura y sentir que leer es un castigo de aburrimiento eterno.

Este evento traumático suele suceder en la escuela con las novelas de lectura obligatoria. Y es que los libros escogidos para el año escolar (al menos en mi caso particular) provocaban un efecto idéntico a cuando tu abuela te escoge y compra la ropa. Porque terminas con un montón de cosas por las que no tienes ni el más mínimo interés en conocer. Así, suele suceder que las primeras novelas que te obligan a leer en la escuela hacen que termines asociando cualquier libro con un largo rato de aburrimiento.

Por allí dicen que la primera impresión vale lo mismo que una primera cita. Y si tu primera cita con la literatura fue con Homero y La Odisea, es entendible que no hayas querido asomarte a otro libro ni por casualidad. Incluso cuando ha sido obligatorio conocer el contenido de alguna novela, seguro  el resumen en Wikipedia o la adaptación en Netflix han sido tus mejores aliados para evitar acercarte a esos objetos de aburrimiento.

Pero tranquilo, que no hay nada malo ni en ti, ni en Homero o La Odisea. Simplemente, no se conocieron en el momento correcto.

Así que, si dentro de tus propósitos de este inicio de año se encuentra empezar con ese hábito lector, ya sea por curiosidad o por pura vanidad, estás en el lugar correcto. Porque te daré cuatro recomendaciones que te asegurarán que tu segunda cita con la literatura sea inolvidable. Y como sé que, por ahora, leer no es lo tuyo; iré directo al punto.

 1.- ¿QUÉ LEER?

Aunque no todo el mundo disfrute leer, creo que todos disfrutan de las películas, series o, simplemente, conversar con otra persona. Si no es tu caso, este post no te sirve.  

Escoger un libro es más o menos como escoger una película o como escoger un tema de conversación. Solo tienes que preguntarte ¿qué cosas te interesan?

Por ejemplo, si te gustaron películas como Mad Max, Divergente, Elysium, The Martian, The Matrix, o alguna con un tráiler similar. Es más que probable que te interesaran los libros sobre distopías o ciencia ficción. Te asombrarías la cantidad de películas que están basadas en libros o derivan de adaptaciones de estos.

Piensa en un par de películas o series que hayas disfrutado mucho y ¡listo! Ya tienes la clase de libro que podrías empezar a leer. Te puedo asegurar que cualquier tema que sea tratado en una película ya ha existido previamente en alguna novela. Desde romance, policíacas,  misterio, ciencia ficción, sociedades secretas, etc. Cualquier tema que puedas encontrar en una película o serie, lo podrías encontrar en miles de libros diferentes.

2.-LA CALIDAD NO SE MIDE EN KILOS

Una vez que ya tienes los temas que te interesan (solo escoge tres como para empezar), lo que sigue es buscar en internet o por recomendaciones de amigos novelas con esta temática.

De entre los libros que más te hayan llamado la atención, asegúrate que estos contengan cuando mucho 300 páginas. Porque si leer un post de Twiter te resulta eterno (y eso que solo se tratan de 280 caracteres), imagínate con un libro de más de 300 páginas (aproximadamente unas ochenta mil palabras).

Te aseguro que existen libros sumamente cortos, pero igual o más interesantes que un libro extenso.

3.- CUIDADO CON LOS CLÁSICOS: NO SON ELLOS, ERES TÚ

Seguramente, las primeras recomendaciones que te aparecerán en el buscador o en las recomendaciones de tus amigos serán los clásicos de la literatura universal.

En este punto, lamento decirte que es posible que aún no estás listo para disfrutarlos, al menos no completamente. Es algo así como pagar por una cena en un restaurante gourmet cuando estas acostumbrado a la comida enlatada.

Entonces, por ahora y hasta que no te quites las rueditas de entrenamiento, otro filtro que debes utilizar para escoger una de tus primeras novelas a leer, es la fecha de publicación. Es decir, existen clásicos literarios publicados hace más de cien años y otros que no llevan ni treinta años de publicados y ya ocupan un merecido sitio en la literatura universal.

Para un ávido lector, la antigüedad de la novela no es inconveniente alguno. Incluso puede resultarle sumamente interesante leer una novela que le permita conocer la manera de pensar de la sociedad de hace más de un siglo atrás.

Sin embargo, para alguien que recién se inicia en este enriquecedor hábito, leer un clásico de Shakespeare u otra novela escrita hace más de cien años le puede resultar más que aburrido (hasta incomprensible) por la manera en que están escritos los diálogos y las descripciones con expresiones en desuso.

Así que dentro de los libros que hayas escogido como potenciales primeras lecturas, asegúrate que estos no hayan sido escritos hace más de cuarenta años… O podrías toparte con expresiones como ¡pardiez!

4.- QUE NO TE LO CUENTEN NI WIKIPEDIA NI NETFLIX

Si ya has llegado hasta este punto, no dejes que ni Wikipedia ni NETFLIX te arruinen la experiencia, pues podría resultar más “sencillo” solo leer el resumen del libro que elegiste o ver la adaptación cinematográfica. Te puedo asegurar que no será lo mismo que leer el libro por tus propios medios. Si no me crees, te doy dos ejemplos.

De seguro has escuchado la célebre frase “el fin justifica los medios”, mundialmente atribuida a Nicolás Maquiavelo en su obra El príncipe. Pues resulta que podrías leer el libro entero y no vas a encontrar esa célebre frase en ninguna página. Ya que esta frase no es más que la conclusión a la que llegó alguien que leyó el libro entero y sintetizó sus propias conclusiones.

Como segundo ejemplo, la popular frase “elemental, mi querido Watson” no aparece en ninguna de las novelas escritas por sir Arthur Conan Doyle (creador del famoso detective Sherlock Holmes). Ya que esta frase fue incluida en la adaptación cinematográfica de la novela (película de 1939, titulada ‘Las aventuras de Sherlock Holmes’).

Lo divertido de leer es sacar tus propias conclusiones e imaginar las cosas a tu modo. No dejes que lo hagan por ti.

Con estas breves recomendaciones, espero que te encuentres listo y puedas disfrutar para tu segunda cita con la literatura.