Punk in Drublic: crónica del concierto

Tengo el poster del primer concierto de NOFX en Lima enmarcado en una pared de mi cuarto. Fue en octubre del 2006. Después de la estafa y triste cancelación de su primer concierto, NOFX volvió al Perú y hasta The Decline tocaron. Tenía veinte años. Después de verlos por primera vez entendí ciertamente mejor lo que es el punk rock y cómo la música que escuchamos se vincula con nuestra visión del mundo.

Pasaron 13 años para verlos otra vez. Esta vez vinieron con toda la mancha californiana: Less Than Jake, Lagwagon, AntiFlag y Bad Religion. Es soso explicar la importancia de estas bandas en el punk rock mundial: lo evolucionaron, le dieron un toque emocional a la velocidad. No hablamos acá de otros grupos de amigos (Rancid, Pennywisse, etc.), sino particularmente de esta batería de gente cuyo principal showman es Fat Mike y su Punk in drublic.

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Como tenía que recoger el ticket exactamente a las cinco de la tarde, salí en forma de catapulta del trabajo. Me escabullí. No podía llegar tarde a este show y perderme Lagwagon.

Manejé muy rápido desde Luxemburgo hasta Colonia. La chica que me vendió el ticket enfatizó en la puntualidad porque ella quería ver a una banda que tocaba temprano. Si llegas tarde, pierdes el ticket, me dijo, y eso en un show sould out y arriesgando perder mi fin de semana me motivó a manejar demasiado rápido. Me sentí como cuando salía de la universidad los viernes, ansioso y feliz de dejar los deberes para ir con mis amigos a beber y divertirnos. Cuanto puede cambiar una vida en 15 años…

Llegué a Colonia: ciudad alemana en una tarde gris y lluviosa. Crucé el Rin. Encontré a la chica del ticket. 50 euros. Dankeschön.

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Dejé el carro en un parking cerca de la catedral. Tenía una hora para llegar al llamado Tanzbrunnen. En oscura esquina de aquella calle, encontré una pequeña tienda, una especie de bodega. Compré cinco cervezas y me comí una especie de hotdog con un pan. No había almorzado nada. No tuve tiempo. Bebí las cervezas camino al hotel, casi corriendo del miedo de perderme más minutos del concierto. La cerveza se llamaba Kolsch.

Salí del hotel. Busqué un taxi sobre la calle Frankenwerft y encontré uno llamado “Taxi Karaoke”. Caray, increíble, un turco con barba blanca hacía taxi pero la condición para llevarte era cantar. Yo llevaba las cervezas en una bolsa blanca, tenía que tomarlas muy rápido. Soy peruano. No quiero cantar. ¿Tienes algo de NOFX? Esas sí me las sé. Bueno, el hombre cantó, cantó una cosa tal vez en turco o kurdish, no lo sé. Llegué al local unos 10 minutos después.

Estoy adentro, pensé, y cuando vi a miles de personas, una masa de miles esperando a Lagwagon, me sentí un niño otra vez, un adolescente perdido, un capullo al que solo le interesaba la música a los 15. Cuanto puede cambiar una vida en 15 años…

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Lagwagon y el punk melódico

Estos chicos tienen una definición propia al respecto. El punk rock es violento por definición pero conecta con emociones adolescentes que, ciertamente, no desaparecen nunca. Joey Cape no le canta al amor, le canta a todo lo que nos excita y nos decepciona.

Bad Religion y los caballeros del punk

El sonido fue una cosa de locos. Las guitarras sonaban como tu peor pesadilla. La batería parecía un choque entre dos camiones. Los alemanes son grandes. Yo soy peruano: chato y flácido. El pogo era una cosa agresiva y movediza. La banda tocó 22 canciones solo con un breve stop para anunciar la salida de su nuevo disco. Tienen más de 30 años tocando. ¿Cómo madura el punk rock? Tienes que escuchar a Bad Religion. La mejor banda del festival.

NOFX y el punk rock actual

Qué linda tarde de primavera, dice Mike al subir al escenario justo cuando empieza a caer una tenue lluvia. Cómo se divierte Eric Melvin al tocar. Cómo salta, cómo mueve sus dreads azules. Eso es ser un niño. Eso es ser un niño punk rock.

NOFX ha llevado el punk rock a niveles nunca imaginados. Festivales gigantes en todo el mundo, cerveza de la disquera, merchandising de hasta 100 euros. La cerveza, la verdad, no me pareció tan rica, tenía el sabor de estas cervezas artesanales hipsters… bueno, Colonia es medio posera la verdad. Mucho punk, sí, pero también mucha estética de niño deprimido, de niño alemán deprimido, interesante ver eso en contraste con la calma de los cincuentones que también estuvieron el pogo cantando y golpeando NOFX.

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El concierto terminó. Me quedan zumbando los oídos y una leve sensación de vacío post extasis emocional. Fui caminando al hotel hacia al otro lado del Rin. Paré en un kebab para bajonear. El chico que atendía me explicó que Turquia tiene diversos dialectos e idiomas y que él hablaba kurdisch, no turco, que no podía confundirme, que era muy importante para él que yo leyera al respecto, por favor, amigo peruano, lea al respecto, es una cosa muy bonita, y yo gracias, gracias, buenas noches, hasta luego, estaba muy cansado como para hablar.

Hasta luego -digo saliendo del pequeño y vacío local de luces amarillas.

Buenas noches, amigo peruano.