Trans historias: teatro para todes

¿Qué sabemos de les trans y por qué lo sabemos? Creo que esa es la primera pregunta que todas las personas cisgénero, aquellos cuya identidad de género y sexo biológico coinciden, deberíamos hacernos antes de referirnos o acercarnos a una persona trans.

Seguramente recordamos los reportajes amarillistas en la televisión que les muestran violentos o padeciendo alguna enfermedad sexual como el VIH. Los programas cómicos que los muestran como recurso humorístico del cual burlarse. Recordamos que hemos conocido algune que trabajaba de estilista y suponemos que todos quieren dedicarse a la industria de la belleza. Recordamos que nuestros padres nos recomendaban no acercarnos y que eran algo que veíamos de lejos, a veces hasta con desprecio.

Para qué voy a conocer a alguien así si “ya se cómo son”. Para qué voy a ser su amigo, contratarlo en mi empresa o sentarme a su lado en la universidad. Qué pereza averiguar si debo decirle él o ella, seguro se molesta, todavía que le trato bien…

Miramos a otro lado y dejamos que toda esa violencia y prejuicios se queden flotando en el aire. Como la basura que dejamos tirada en la calle, ese imaginario se queda tirado en la cabeza de todos para que sea otro el que se haga cargo. No detener la violencia es ser cómplice de la violencia, esa basura mata.

Debo aclararle, estimado lector y lectora, que encontrará en esta nota pronombres y sustantivos transformados para hacerlos inclusivos. Lo invito a entender por qué es importante ayudar a visibilizar a compañeres que son violentades todo el tiempo por la sociedad, por el Estado y por nuestra indiferencia. Qué más da cambiar unas palabras si eso contribuye a visibilizar un problema grave al que nunca le hemos querido prestar mucha atención salvo para la burla y el prejuicio.

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Conocí a les compañeres de Trans Historias en un concierto en el Galpón en Jesus Maria. Hoy me reencuentro con ellos para enterarme sobre la obra de teatro testimonial que presentarán el domingo 31 de Marzo y que lleva por nombre el mismo de su colectivo: Trans Historias.

Me recibe el elenco completo: Sebastián, Emi, Ale, Tomy, Fran y el director Arturo en la sala de una casa en San Miguel.

Tomy me cuenta el trabajo que les ha costado producir la obra: “Nos ha tomado más de un año armar esta puesta en escena. Es complejo, es probar, fallar, volver a armar, ensayo y error. Corregir hasta que nos guste a todes y nos sintamos comodes con el resultado”.

Arturo agrega sobre este punto: “Han habido sesiones de creación donde detonábamos sentimientos y situaciones. Con  metodología trabajamos desde lo que cada une sentía logrando un proceso de creación que trascendió la obra y terminó hermanándonos.”

Les cinco actores de la obra coinciden en que lo transversal en las historias es la violencia. Y no han elegido este tema al azar: en el Perú ser trans es vivir expuesto a la violencia, es lo cotidiano.

“Una persona trans que ha salido del closet es una persona resilente, que ha resistido toda esa violencia y no ha muerto o no se ha matado”, comenta Arturo; mientras Ale considera, no sin pesar, que “la violencia en el país es estructural, emocional, física y sexual.” Y se pregunta: “¿cómo es posible que la esperanza de vida de una mujer trans sea de 35 años y la de un chico trans 37?”.

Es decir, en el mundo trans la violencia es estructural: desde la más necesitada a la más privilegiada está luchando desde diversos fueros. “Porque te vulneran incluso en tu burbuja, porque desde el momento que se enteran que eres trans hay una diferenciación. Desde la exotización hasta la discriminación constante”, afirma Emi.

Es alto el índice de suicidios en la comunidad trans, alrededor del 70% según me cuenta la colectiva. La soledad a la que se les condena es la primera forma de violencia que sufren estas personas. Desde la pubertad cuando un niño o niña se descubre trans y se le hace complicado o insoportable esconderlo, se enfrenta a la mirada conservadora de la sociedad y la familia

“La iglesia católica te repite: ¡Ama a tu prójimo! ¿Dónde queda eso? A veces la familia son los primeros en discriminarte”, comenta Tomy

Ir al colegio es exponerse a la burla, se vuelve un problema grave en la vida, te maltratan alumnos y profesores. Ir de vacaciones y pasar por el aeropuerto con documentos de una identidad que no te identifica se hace tan insoportable como cualquier otro trámite que te exponga a un funcionario conservador, religioso o simplemente mal entrenado. Viajar en transporte público, cobrar un cheque en el banco, ir al baño en un restaurante, tu identidad en el fotocheck del trabajo, todo se vuelve una pesadilla y no hay justificación para perpetuar esa tortura.

Muchas veces, les compañeres trans son expulsados de sus casas por sus propios familiares o huyen de ellas por la violencia física y sexual a la que son sometides.

“¿Qué puede hacer una persona trans menor de edad abandonada en la calle? No puede ir al colegio porque no hay un adulto que firme, no puede trabajar porque es menor de edad. La mayoría cae en manos de gente que las prostituye, eso también es violencia. Ganan para pagar un plato de comida y un cuarto que comparten con otras siete personas. El serenazgo no vela por ellas, al contrario, las meten a la camioneta y las obligan a ofrecer favores sexuales a manera de cupo”, explica Emi.

“La violencia de las personas en la calle también es un problema grave”, interrumpe Arturo y cuenta: “si viene alguien y te lleva te puede pasar cualquier cosa, no existes, no tienes ni DNI. No me puedo hacer análisis de sangre sin identificación. No hay salida de esos círculos de violencia.”

Ahí radica la importancia de estos colectivos: en generar círculos de apoyo que informen a la comunidad trans sobre sus derechos, que velen por elles y esten ahí para salvar su vida cuándo la depresión y la ansiedad a la que les empujamos les abrume. En la necesidad de que quienes pasan por descubrirse trans no se sientan solxs o condenadxs a vivir violentadxs todo el tiempo, de que vean otros referentes que hacen cosas distintas a las que la sociedad les impone o condena. En ponernos al frente la urgencia de que nosotros, los cisgénero, podamos hacernos cargo de nuestros privilegios y la violencia que directa o indirectamente ejercemos sobre ellxs.

Pasamos unos 40 minutos conversando sobre la obra y sobre la vida de una persona trans en nuestro país. La experiencia me interpela pero también me enriquece. No soy yo quien les da la oportunidad de contarme si no ellos quienes me dan la oportunidad de conocer una realidad que la sociedad esconde. Vivímos en un mundo binario que no se permite siquiera una escala de grises, que le teme a tantos colores. Nos toca salir de esa oscuridad aprovechando grietas como esta, que terminarán por llenar de nuevas luces nuestras cabezas, reemplazando la basura que tanto tiempo teníamos acumulada.

La obra se presenta este Domingo 31 de Marzo, el 14 de Abril y el 21 de Abril en la casa Winaray Av. Tacna 685 piso 12 interior 123 Cercado de Lima. La preventa está a 15 soles. Puedes encontrar más información en el evento en este link.