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¡Volvió!
Después de dos años vovió BasuraTV con Luis Melgar a nuestro canal.
Desde que lacentral.pe volviera de sus cuarteles de invierno para relanzarse en noviembre del año pasado estaba pendiente el retorno de una de las caras más reconocidas de nuestro medio con uno de nuestros programas más queridos.
Luis Melgar y su humor político siempre al borde de la incorrección política regresa para “informarnos” todos los lunes sobre el acontecer noticioso de nuestro país.
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El comediante Luis Melgar estrenó en ‘La Posada del Mirador’ un nuevo monólogo que rompe con su clásico humor político y transgresor con el que ha construido un nombre y una carrera. Su propuesta, nos dice, es apta para toda la familia.
Conocí a Luis Melgar hace algunos años cuando frecuentaba los bares donde se presentaban monologuistas locales. Allí encontré propuestas de humor fresco e irreverente que no se encuentra con facilidad en medios masivos donde el humor navega entre lo insípido y lo chabacano.
Sin embargo, dejé de ir a estos espacios porque aparecieron comediantes improvisados que, claramente sin mayor preparación, se subían al escenario a imponer sus propuestas o, inspirados por el éxito de su película, se subían a imitar a ‘Machín’ y a hablarnos sin parar de la relación que tenían con su mamá… una y otra vez, casi todos con los mismos chistes, hasta que nos riamos porque, si lo cuentan tantas veces, quizá los equivocados somos nosotros y no el comediante ¿verdad?
Cuando me enteré en redes de que Luis Melgar presentaría un monólogo para que su madre pueda ir a verlo sin ofenderse, me preocupé y pensé: ¿habrá caído Luis en esa monotonía que suele arrastrar a todos cuando algo “funciona”?
El monólogo ‘De cajón’ es efectivamente para que toda la familia se entretenga, pero también para que se emocione, como debe ser. La comedia debe entretener, conmover y afectar. La complicidad que existe entre el público y el comediante en los espacios de stand up debe servir para tocar heridas, sanarlas y exponerlas con humor. Y Luis Melgar lo logra nuevamente.
Su propuesta ‘De cajón’ propone recursos alternativos al stand up clásico: se acompaña de instrumentos, músicos e invitados, refresca el escenario; a diferencia de muchos otros personajes que seguramente son muy graciosos en la vida cotidiana, pero para hacer comedia eso no basta.
Al final del show, me acerco al artista y le recuerdo el primer chiste que le escuché. En un monólogo sobre cosas asquerosas contaba Luis que la idea de una ‘curita’ con sangre flotando en una piscina le daba asco, que al único ‘curita’ que le gustaría encontrar flotando ensangrentado en una piscina es al monseñor Cipriani. Ahí me quedó claro que Luis era un comediante distinto.
-Me imaginé un show menos transgresor -le digo al despedirme.
-Yo también -responde.
El Dato:
Luis Melgar presentará ‘De cajón’ nuevamente el 5 de diciembre en el Tayta de Barranco.
Las entradas están a la venta en su Facebook.
Vaya riesgo que asume el director Javier Fesser al ponerse detrás de la cámara en Campeones. Me ponía un poco nervioso la idea de ver una comedia cuyos protagonistas fueran actores con discapacidad intelectual. Nada de maquillajes ni pelucas ni filtros ni nada que “ocultara” su normalidad en la caracterización. No: Son personas reales con esta discapacidad.
La cinta, sin embargo, comienza en un ambiente “normal”, cotidiano, el de un hombre rodeado de otros, haciendo o intentando hacer su trabajo, con sus propias taras y problemas personales. Él es el segundo entrenador de un reputado equipo de baloncesto, y durante un juego importante pierde los papeles. Las consecuencias de este acto lo involucran en un accidente con un carro de policía, lo que conlleva a la respectiva sanción: Nada menos que, aprovechando su background, entrenar a un equipo de basketball de discapacitados.
Claro, el equipo es menos que idóneo para una competición como a las que está acostumbrada su flamante entrenador, y por eso les exige lo mismo que a uno de la liga doméstica profesional, pero sin una pizca de empatía ni con motivación de enseñanza. Este hombre solo quiere cumplir su condena y zafar. La gran diferencia es que las personas que integran su equipo sí desean ser entrenados. Desean integrarse y competir porque está bien hacerlo, pero no es ese su aspiración ulterior, solo quieren hacer lo que cualquier otro jugador pretende: jugar y disfrutar. Acaso lo más normal que se nos pueda ocurrir, ¿verdad?
Quizás porque algunos tienen por costumbre asumir el humor “punzante” como hiriente, aquel que se solaza en remarcar defectos, particularmente físicos, para ensalzar la mofa, esta comedia les pueda resultar incómoda porque precisamente los hará sentir más alertas de lo que estarían viendo otras películas de similar corte. La diferencia está en la aproximación y su tratamiento. Es una historia que ya se ha contado a su manera, tanto en ‘The Mighty Ducks’ con Emilio Estévez como en ‘The longest yard’ de Adam Sandler, por ejemplo.
Fesser no apela a la sensiblería barata (aunque concedo que nos topamos con algunos momentos empalagosos) ni al paternalismo para mostrarnos a personas por las cuales deberíamos estar obligados a sentir algún tipo de compasión porque… pues, porque nosotros no somos así. Al contrario, nos muestra a personas que viven con la normalidad con la que cualquiera de nosotros asume su día a día. Sin prejuicios, y atacando los nuestros, por supuesto. Dijimos que se asumía un riesgo grande con esta película; nuestro veredicto es que salen bien librados.
Ficha:
Campeones, de Javier Fesser (Somos campeones, para Latinoamérica)
Con Javier Gutiérrez, Itziar Castro, Luisa Gravas.
Comedia, 100 minutos.
España, 2018.