Tenebris Vulnus: un nuevo periodo en el cine peruano

Anais Blondet - Tenebris Vulnus

Anais Blondet, peruana, directora de cine residente en Nueva York, se prepara para grabar su primer largometraje: Tenebris Vulnus. Anais y yo somos amigos de hace muchos años y compartimos espacio en la banda Diazepunk, ella en el teclado y yo en la voz. Al enterarme que venía a Lima para avanzar con su película le comenté que sería bueno juntarnos para conversar y armar esta nota.

Quedamos en encontrarnos en un café en Miraflores.

Cuando llegué ella ya estaba esperando en la puerta y me pregunta si es posible ir por una cerveza en vez de un café. ¿Por qué? Pues porque había sido un día lleno de demasiadas coordinaciones alrededor de Tenebris Vulnus como para cerrarlo con un café.

Para el stress… siempre una cerveza.

Tenebris Vulnus es la historia de Andina Quintana, una directora de orquesta peruana residente en Nueva York, que se encuentra en medio de un bloqueo creativo motivado por un extraño problema de salud. Andina no para de menstruar. Agotadas las opciones que la medicina occidental ofrece, Andina obedece al consejo del fantasma de su madre y se va a buscar a Candelario, un curandero lava-sangre. Ese es el punto de partida para las mágicas y menstruantes aventuras de Andina en nuestro país.

La película se grabará entre los paisajes selváticos de Cocachimba, Perú y la ciudad de Nueva York en Estados Unidos. El código de la película es el realismo mágico y lleva el feminismo como bandera.

Por lo que comentó Anais en el bar, sospecho que la real protagonista de la serie será la sangre menstrual. ¿Por qué nos es tan difícil ver la sangre menstrual y sin embargo, la sangre que resulta de la violencia es moneda corriente en los cines de todo el mundo? La sangre menstrual, explica Anais, es símbolo de fertilidad en algunas culturas. Quien menstrua regularmente, es una mujer que goza de buena salud. ¿Por qué entonces una experiencia que es transversal a todas las mujeres en el mundo sin distinción se nos hace tan insoportable de ver?

Tenebris Vulnus – Feature Film from Anais Blondet on Vimeo.

Tenebris Vulnus toma su nombre de una canción de Chabuca Granda llamada Herida Oscura. Canción que Anais ha decidido interpretar, más allá de las intenciones de doña Chabuca, como una metáfora de la menstruación. Situaciones así comenta Anais durante toda la conversación en la que con contagiante entusiasmo explica los detalles de su proyecto al que describe como maximalista. Simbolismo por aquí, magia por allá, el proyecto promete ser un banquete de fantasía delirante, pero no azarosa. La magia y la fantasía son recursos para tratar un tema que para algunos, en especial hombres, resulta incómodo.

El proyecto, alimentado por la relación con la comunidad en Cocachimba, la historia de sus mujeres y sus personajes, ha ido transformándose en el camino. Convirtiendo lo que empezó como un proyecto personal de Anais en algo más grande, aumentando los riesgos así como las responsabilidades narrativas y sociales. Anais es consciente de eso y las asume con respeto y preocupación por el impacto que una producción de este tamaño pueda tener en la ciudad que la recibe.

Son muchas razones las que generan expectativa alrededor de Tenebris Vulnus. La excentricidad de su propuesta y el entusiasmo de su directora son los principales motivos para esperar con ansias se estrene pronto.

Para enterarse de más detalles de Tenebris Vulnus y de la carrera de Anais Blondet los invito a escuchar este resumen de la conversación.

 

Hill house: más que una casa embrujada

La maldición de Hill House

‘La maldición de Hill House’ es una serie sobre una casa embrujada y cumple con todo lo que uno espera del tema: una casa victoriana grande y descuidada con jardines enormes, habitaciones oscuras, pasadizos con poca luz, mobiliario de época, adornos, cuadros y estatuas que parecen estar vivos y observándonos todo el tiempo.

Pero ‘La maldición de Hill house’ no es solo eso. La serie propone y logra darle al género  momentos bastante más inteligentes gracias a la efectiva apuesta del director Mike Flanagan que se sostienen en detalles sutiles de la historia y de la fotografía para convencernos de estar muy cerca los fantasmas que torturan a la familia Crane.

Hugh Crane (Timothy Hutton) el padre de la familia llega junto a su esposa Olivia (Carla Gugino) y sus cinco hijos Steven (Michiel Huisman), Shirley (Elizabeth Reaser), Theodora (Kete Siegel), Nell (Victoria Pedretti) y Luke (Oliver Jackson-Cohen) a la casa Hill pensando quedarse solo los meses necesarios para cumplir con el encargo de refaccionarla y con el dinero ganado mudarse finalmente a una casa propia. Una maldición sin embargo se encargaría de acabar con sus sueños en el intento por acabar con sus vidas.

La maldición de Hill House

La historia es contada en el presente, cuando los hijos de la familia Crane son adultos y viven afectados por los traumas de su infancia en Hill House. La casa no se ha olvidado de ellos y sigue torturándolos psicológicamente y atrayéndolos con argucias, dolor y miedo para terminar “la cena que dejó pendiente”.

La historia se resuelve con flashbacks, idas y vueltas entre el tormento presente y el de la época en que la familia vivía en Hill house. En el sexto episodio (Dos tormentas), el director y su equipo se lucen con un plano secuencia de 23 minutos que va y viene entre el espacio y el tiempo de las dos dimensiones en las que se ubica la serie. La proeza técnica no es un acto de malabarismo aislado sino que resuelve de manera sublime un momento muy importante en la historia. La coherencia técnica y narrativa es constante. Satisface a la audiencia con una historia bien contada y producida, adornada además con una serie de detalles para mantener nuestra atención en la pantalla.

Durante toda la serie hay que prestarles singular atención a los muebles, cuadros, adornos, ventanas, puertas, estatuas, etc., pues aportan tanto a creación de una atmósfera de terror como a revelarnos un detalle importante del final de la serie.

‘The haunting of Hill house’ es una historia de terror, pero es también mucho más que eso y por ello vale la pena encerrarse a ver los diez capítulos de la serie.

La maldición de Hill House
The haunting of Hill house es una historia de terror, pero es también mucho más que eso y por ello vale la pena encerrarse a ver los 10 capítulos de la serie.

Nota:
No es la primera vez que vemos una adaptación de ‘The Haunting of House Hill’ basada en la premiada novela que Shirley Jackson escribiera en 1959. En 1963 Robert Wise ya había dirigido y producido una versión bastante fiel al libro a la que llamó ‘The Haunting’ a secas y que fue muy bien recibida por la crítica y el público. Todo lo opuesto pasó con la absurda e innecesaria ‘The Haunting’ de 1999 dirigida por Jan de Bont y protagonizada por Liam Neeson que no se parece en nada a algo que valga la pena ver.

Ficha:

‘The haunting of Hill House’, de Mike Flanagan

Con Michiel Huisman, Carla Gugino, Henry Thomas

Drama, Fantasía, Horror, 1 temporada 10 episodios.

U.S.A. 2018.

Campeones: una comedia contra nuestros prejuicios

Imagen promocional de la película

Vaya riesgo que asume el director Javier Fesser al ponerse detrás de la cámara en Campeones. Me ponía un poco nervioso la idea de ver una comedia cuyos protagonistas fueran actores con discapacidad intelectual. Nada de maquillajes ni pelucas ni filtros ni nada que “ocultara” su normalidad en la caracterización. No: Son personas reales con esta discapacidad.

La cinta, sin embargo, comienza en un ambiente “normal”, cotidiano, el de un hombre rodeado de otros, haciendo o intentando hacer su trabajo, con sus propias taras y problemas personales. Él es el segundo entrenador de un reputado equipo de baloncesto, y durante un juego importante pierde los papeles. Las consecuencias de este acto lo involucran en un accidente con un carro de policía, lo que conlleva a la respectiva sanción: Nada menos que, aprovechando su background, entrenar a un equipo de basketball de discapacitados.

Claro, el equipo es menos que idóneo para una competición como a las que está acostumbrada su flamante entrenador, y por eso les exige lo mismo que a uno de la liga doméstica profesional, pero sin una pizca de empatía ni con motivación de enseñanza. Este hombre solo quiere cumplir su condena y zafar. La gran diferencia es que las personas que integran su equipo sí desean ser entrenados. Desean integrarse y competir porque está bien hacerlo, pero no es ese su aspiración ulterior, solo quieren hacer lo que cualquier otro jugador pretende: jugar y disfrutar. Acaso lo más normal que se nos pueda ocurrir, ¿verdad?

Quizás porque algunos tienen por costumbre asumir el humor “punzante” como hiriente, aquel que se solaza en remarcar defectos, particularmente físicos, para ensalzar la mofa, esta comedia les pueda resultar incómoda porque precisamente los hará sentir más alertas de lo que estarían viendo otras películas de similar corte. La diferencia está en la aproximación y su tratamiento. Es una historia que ya se ha contado a su manera, tanto en ‘The Mighty Ducks’ con Emilio Estévez como en ‘The longest yard’ de Adam Sandler, por ejemplo.

Imagen promocional de la película

Fesser no apela a la sensiblería barata (aunque concedo que nos topamos con algunos momentos empalagosos) ni al paternalismo para mostrarnos a personas por las cuales deberíamos estar obligados a sentir algún tipo de compasión porque… pues, porque nosotros no somos así. Al contrario, nos muestra a personas que viven con la normalidad con la que cualquiera de nosotros asume su día a día. Sin prejuicios, y atacando los nuestros, por supuesto. Dijimos que se asumía un riesgo grande con esta película; nuestro veredicto es que salen bien librados.

Ficha:
Campeones, de Javier Fesser (Somos campeones, para Latinoamérica)
Con Javier Gutiérrez, Itziar Castro, Luisa Gravas.
Comedia, 100 minutos.
España, 2018.

Alemania después de Berlín

La historia de Alemania puede ser lejana para la realidad que vivimos hoy en el Perú. Sin embargo, hoy en Europa las extremas derechas se abren paso en contra inmigrantes y en Brasil acaba de ganar la presidencia Jair Bolsonaro, un extremista y antidemocrático del estilo Trump y Erdogan. Entonces: ¿Por qué ver una serie política es muy importantes en estos tiempos?

Weissensee transcurre en Berlín del Este en la década de 1980. Con la guerra fría a cuestas y la Stasi consumiendo todas las libertades ciudadanas que hoy parecen normales, la serie profundiza en las heridas de una dictadura recalcitrante donde la libertad de expresión, artística o sexual, son castigadas con cárcel y muerte. La serie enfrenta a las familias Kupfer (comunistas creyentes y funcionarios de la Stasi) y Hausmann (artistas y reaccionarios) en un drama político con componentes amorosos y familiares con el telón de fondo de una Alemania dividida.

La serie parte cuando Martin Kupfer (Florian Lucas) se enamora de Julia Hausmann (Hannah Herzsprung), hija de la cantante reaccionaria al régimen Dunja Hausmman (Katrin Sass), que se opone a la relación por las posibles consecuencias que podría tener con la Stasi y con el régimen.

¿Cuán lejana es la realidad del mundo a la de Alemania en 1980? Hoy el país de Merkel es la tercera potencia económica mundial y solo pasaron treinta años para la reconstrucción y unificación del país. Pero no es que este país europeo viva una tranquila situación política: aún en las calles puedes ver pintas nazis en algunas ciudades (en Münich yo vi algunas por el año 2013) y hace poco en Chemnitz  nazis han salido a protestar en contra de los inmigrantes con amenazas de muerte a todo aquel que es extranjero. Los extremismos hoy hay que entenderlos en clave histórica para poder combatirlos.

¿De qué sirven las series políticas entonces?

Para, a través del entretenimiento y el cine, entender mejor dónde estamos parados en términos de libertad y democracia para que esta no sea arrebatada.