Vaya riesgo que asume el director Javier Fesser al ponerse detrás de la cámara en Campeones. Me ponía un poco nervioso la idea de ver una comedia cuyos protagonistas fueran actores con discapacidad intelectual. Nada de maquillajes ni pelucas ni filtros ni nada que “ocultara” su normalidad en la caracterización. No: Son personas reales con esta discapacidad.
La cinta, sin embargo, comienza en un ambiente “normal”, cotidiano, el de un hombre rodeado de otros, haciendo o intentando hacer su trabajo, con sus propias taras y problemas personales. Él es el segundo entrenador de un reputado equipo de baloncesto, y durante un juego importante pierde los papeles. Las consecuencias de este acto lo involucran en un accidente con un carro de policía, lo que conlleva a la respectiva sanción: Nada menos que, aprovechando su background, entrenar a un equipo de basketball de discapacitados.
Claro, el equipo es menos que idóneo para una competición como a las que está acostumbrada su flamante entrenador, y por eso les exige lo mismo que a uno de la liga doméstica profesional, pero sin una pizca de empatía ni con motivación de enseñanza. Este hombre solo quiere cumplir su condena y zafar. La gran diferencia es que las personas que integran su equipo sí desean ser entrenados. Desean integrarse y competir porque está bien hacerlo, pero no es ese su aspiración ulterior, solo quieren hacer lo que cualquier otro jugador pretende: jugar y disfrutar. Acaso lo más normal que se nos pueda ocurrir, ¿verdad?
Quizás porque algunos tienen por costumbre asumir el humor “punzante” como hiriente, aquel que se solaza en remarcar defectos, particularmente físicos, para ensalzar la mofa, esta comedia les pueda resultar incómoda porque precisamente los hará sentir más alertas de lo que estarían viendo otras películas de similar corte. La diferencia está en la aproximación y su tratamiento. Es una historia que ya se ha contado a su manera, tanto en ‘The Mighty Ducks’ con Emilio Estévez como en ‘The longest yard’ de Adam Sandler, por ejemplo.
Fesser no apela a la sensiblería barata (aunque concedo que nos topamos con algunos momentos empalagosos) ni al paternalismo para mostrarnos a personas por las cuales deberíamos estar obligados a sentir algún tipo de compasión porque… pues, porque nosotros no somos así. Al contrario, nos muestra a personas que viven con la normalidad con la que cualquiera de nosotros asume su día a día. Sin prejuicios, y atacando los nuestros, por supuesto. Dijimos que se asumía un riesgo grande con esta película; nuestro veredicto es que salen bien librados.
Ficha:
Campeones, de Javier Fesser (Somos campeones, para Latinoamérica)
Con Javier Gutiérrez, Itziar Castro, Luisa Gravas.
Comedia, 100 minutos.
España, 2018.