En 1997, Lucybell ya recibía elogios de propios y extraños con Viajar, un álbum que marcaba un crecimiento notorio frente a su disco debut, Peces. Con sencillos exitosos, una propuesta musical estimulante, y una fanaticada en crecimiento, la expectativa por el tercer disco fue grande. Tras su lanzamiento a fines de 1998, la recepción de aquel disco de portada roja y un par de pequeños aeroplanos en la esquina inferior fue sorpresiva y, al mismo tiempo, significó un parteaguas: mientras algunos fans no encontraban canciones ‘con gancho’, otros celebraban el riesgo musical que tomó la banda.
Este álbum representó el fin de Lucybell como cuarteto, pues tras su lanzamiento se produjo la salida de Marcelo Muñoz y Gabriel Vigliensoni, a raíz de rencillas personales que fueron insalvables. Este y otros detalles ayudaron a nutrir la noción de que el ‘disco rojo’ fue el más complicado de realizar.
Dos décadas después, la banda de Claudio Valenzuela, Eduardo Caces y Cote Foncea vuelve a Lima para tocarlo en su totalidad. Esta es la conversación que tuvimos con el power trío chileno, a pocas horas de teñirnos de rojo para celebrar las dos décadas de su estupendo disco de portada roja.
¿Qué les gusta tanto de nuestra ciudad que nunca dejan de visitarnos?
Claudio Valenzuela: [Ríe] Se dan varios factores: el más importante es que a la gente gusta mucho de la banda y tienen ganas de ver a Lucybell tocando en Perú.
Eduardo Caces: La cercanía también. Perú se ha vuelto un lugar obligado de gira, ya sea yendo hacia el norte o volviendo para ir al sur, es muy potente. En los últimos años no ha habido ninguna gira en donde no hayamos visitado Lima. Tenemos ganas de tocar en otras ciudades, sin ninguna duda, es un misterio lo que pasa alrededor de Lima, pero queremos ir. Lima siempre ha sido un lugar con muy buena acogida.
Esta vez llegan para celebrar los 20 años del llamado ‘disco rojo’. ¿Qué representa este álbum para la banda?
Cote Foncea: Es disco disruptivo, intenso y emocional para su época. Chile es un país pequeño donde los músicos tienen un contacto permanente pese a la diferencia de estilos. En esa época nosotros estábamos grabando con Dracma -otro proyecto- y de pronto se fueron dando estos lazos y vínculos en conciertos y salas de ensayo. Lo que hicieron Claudio, Marcelo, Francisco y Gabriel fue juntar estas máquinas portátiles, unirlas, conectarlas de una forma y crear un formato de grabación que hasta el momento no había existido. Esa era la gran apuesta de ellos.
Además, la tensión de generar un disco sobre la marcha fue difícil de llevar. Fue muy intenso, y eso se refleja en el album: una carga emocional de diez canciones súper densas que quedaron bien reflejadas en ese tiempo. Fue un cambio para mí. En ese tiempo Lucybell era una banda que tenía sólidos hits en una época muy histérica para Chile, la postdictadura. Creo que por eso toda esa energía se condensó en nuestro arte y en el de muchas otras bandas.
CV: Nacieron muy buenas producciones en esa época, también.
CF: Sí, las compañías de discos aportaban lo que debían para generar el contenido y dar la plataforma financiera para que las bandas pudieran lograr de la mejor forma sacar un disco. Con Lucybell se hizo. Fue una apuesta súper fuerte en esos años.
En el Perú durante esos años no se contaba con tanta información con lo que sucedía musicalmente en otros países. Se decía que el ‘disco rojo’ era un denso, tenso, muy ‘cerebral’, y que fue un disco que causó muchos conflictos. ¿Se puede traducir eso de estas canciones?
CV: Partir de cero para hacer una producción es una decisión difícil que representó un gran riesgo. Alquilamos un salón para instalar un estudio donde nos pusimos a trabajar sin tener ninguna idea previa: todo lo que teníamos que trabajar tenía que ser creado en ese lugar. Fueron muchas las presiones que nos pusimos de forma personal y artística. Y no es simple estar predispuesto a hacerlo de esa manera. Eso fue creando un proceso en el que era muy difícil que una idea se pudiera desarrollar, que pudiera ir más allá de lo que conocíamos. Cada día muchas ideas nacían y se mataban, se guardaban o desaparecían. Las que quedaron fueron las que están dentro del disco. Al final de los tres meses nos dimos cuenta de que realmente teníamos seis o siete canciones… con suerte. Necesitábamos tener un disco, y teníamos que ir a mezclar a Argentina. Por eso fue un proceso tenso, de mucha presión y creo que fue la razón por la cual el disco tiene esa energía, esa fuerza. Como lo he dicho todo el tiempo, no me arrepiento de haberlo hecho. No sé si lo volvería a hacer. Creo que en los tiempos que corren sería muy diferente.
También es importante lo que dice Cote. Producíamos con tres máquinas que por lo general funcionaban bien, pero, al final, todo eso era un experimento, entonces a veces no funcionaba tan bien. Muchos factores jugaron un rol en el medio de todo lo que iba pasando para producir tensión y presión. Pero tampoco teníamos un concepto musical predispuesto de lo queríamos hacer, qué estilo queríamos crear. Solo sabíamos eso: teníamos que desarrollar las ideas que íbamos creando en el lugar. Ahí está el resultado. Insisto: hubiera sido imposible hacer este disco de otra manera.
EC: Es un disco valiente. Hace veinte años cuando yo lo escuché, ya conocía el disco ‘Viajar’ y empezamos a tener una relación cercana. Extrañamente, en esa fecha previa confabulación al disco rojo, me junté mucho con ellos, los veía, los iba a ver a conciertos, hubo cercanía, éramos amigos. Me llamó la atención. La lógica del tercer disco podría haber sido de un greatest hits, pero fue una apuesta muy potente: El primer sencillo es’Flotar es caer’, un tema de siete minutos, con una cifra que no era cuatro cuartos. Había varios ingredientes dentro de esta apuesta que me pareció muy valiente. Creo que de alguna forma es parte del ADN de Lucybell. Hacer girar esa perilla hacia algo que es “normal” pero al mismo tiempo forzarla un poco más para que ocurra el acto artístico. Creo que esas diez canciones cumplen ese objetivo y para la gente no pasó desapercibido. Sí creo que podemos coincidir que fue una apuesta potente a un ‘Viajar’, a un ‘Carnaval’, a un ‘Vete’, canciones que estaban dentro del pop-rock. Acá empujaron el disco en ese momento, lo empujaron tanto que se fueron a un barranco… pero significó un trabajo artístico muy potente, y que nos lleva hoy a celebrarlo.
Ustedes tres como banda tienen más tiempo e incluso más discos que ese Lucybell original que concluye con el disco rojo. ¿Qué les ha significado toda esta etapa como banda?
CV: Los músicos debemos ir en una evolución constante, si seguimos cantando la misma canción… la gente lo nota, la gente lo sabe muy bien. Especialmente en estos tiempos donde la oferta musical es una locura. No sé si uno puede saber cuántas canciones por día salen en Spotify o en alguna otra red. Hay mucha información y muchas ganas de escuchar música, y uno tiene que ir sorprendiéndose para también sorprender a la gente. Eso tiene que ver con evolución, con decir que tu música sea una verdad, algo que sea transparente con lo que tú sientes y que representa lo que eres en el momento que hiciste la canción.
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Evento: Lucybell Veinte Años Rojo
Fecha: Jueves 29 de noviembre – 10 P.M.
Lugar: Discoteca Vent1 (Petit Thouars 2161, Lince)